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–153– B iblioteca nacional del perú pregnada del perfil y motivaciones de las diversas personalidades que la han dirigido: juristas, clérigos, militares, historiadores, literatos, entro otros intelectuales, sin omitir el momento en el que fuera ocupada como cuartel militar por un destacamento del ejército chileno durante la Guerra del Pacífico. Después de este último tránsito (1881- 1883), se encargó su reconstrucción a quien ha sido un referente particular en el con- texto de la cultura peruana, el tradicionalista Ricardo Palma, quien por su intensiva labor se ganó el seudónimo del «bibliotecario mendigo». Con Palma, la institución inició su segunda etapa histórica que involucró un cre- cimiento constante de sus fondos, gracias al aporte de reconocidas personalidades del ámbito cultural, tanto nacional como internacional, que retribuían así al prestigio del ilustre director. Sin embargo, sesenta años de crecimiento se verían interrumpidos por un nuevo evento que marcó de manera permanente su devenir: el incendio del 10 de mayo de 1943. Este último evento afectó buena parte de sus materiales y lo que se pudo recupe- rar aún conserva los estragos del siniestro. Sin embargo, se han implementado en el tiempo diversas acciones para rehabilitarlos y, con ello, facilitar su consulta y difusión. Sobre las acciones que al respecto se realizan actualmente, trataremos en la siguiente sección de este artículo. LA CATÁSTROFE DE 1943 El 10 de mayo de 1943, la capital del Perú despertó con una terrible novedad. En horas de la madrugada, su principal espacio de lectura empezó a ser consumido por un incendio de gran magnitud que afectó la mayoría de sus colecciones. El hecho fue noticia de portada en el primer diario del país que, en su edición vespertina, repor- tó el titular: La Biblioteca Nacional fue destruida por un voraz incendio. 6 Pero no solo la Biblioteca Nacional fue afectada; también llegó a comprometerse la infraestructura del Instituto Histórico y la Sociedad Geográfica, entidades con quienes compartía el edificio. Sin embargo, al controlarse la expansión del fuego, se evitó que este invadiera espacios contiguos ocupados por el Archivo Nacional, la Iglesia y convento de San Pe- dro y el Instituto Pedagógico Nacional de Mujeres. 7 A partir de este hecho, el Archivo Nacional se mudó a un nuevo espacio en el edificio del Palacio de Justica. De las colecciones de la biblioteca, pudieron mantener su integridad los ma- teriales que estaban en el despacho del director y la Sala de Revistas. 8 Este dato es ampliado por el historiador Jorge Basadre, quien muy pronto y para remontar la adversidad, recibió el encargo de reconstruir la institución dañada. Este llegó a identificar que en el despacho de la dirección se guardaban importantes docu- 6 El Comercio , edición de la tarde. Lima, 10 de mayo de 1943 (p. 1) 7 El Comercio , ib. 8 El Comercio , ib. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.47, 2019
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