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–41– B iblioteca nacional del perú Boletín y la Memoria del director de turno. Así, por ejemplo, se contactó con el mencio- nado Luis Varela y Orbegoso para que dedicara algunas líneas en el diario El Comercio a dichas publicaciones (González, 1919). Dos años después, durante el periodo de celebraciones por el centenario de nuestra independencia, González publicó en el número extraordinario de la revista Mundial de 1921 un trabajo sobre historiografía peruana elogiado, a través de la Revista Universita- ria de la Pontificia Universidad Católica del Perú, por el historiador José de la Puente Candamo, más de cincuenta años después (Puente Candamo, 1979, pp. 43-61). González fue conservador de la Biblioteca, aun siendo muchacho (González, 1917), entre 1917 y 1924, alternando posteriormente sus labores como juez de paz letrado de Lima con las de profesor escolar y universitario. En la década de 1930 enseñó en la Universidad Católica y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Beltroy, 1957, pp. 72-73) 18 dictando los cursos de Filosofía del Derecho y Derecho Penal respec- tivamente. Dejó el cargo que tenía en la biblioteca debido a que el presidente Leguía deportó a su padre, que era coronel en 1924 (González, 1921), quedando trunca su carrera como bibliotecario. Finalmente, otro colaborador fue Luis Alberto Sánchez, que se encargó de la conta- bilidad durante la gestión de Deustua. Fue miembro de Partido Aprista Peruano desde 1931. Descolló como intelectual escribiendo historias noveladas, así como importantes estudios de crítica literaria. A partir de 1919, laboró como secretario y contador de la biblioteca quedándose hasta 1931 (Sánchez, 1988, p. X). Aquí realizó diversas búsque- das de información que posteriormente usó en sus obras. Pero su labor bibliotecaria estuvo muy vinculada a la vida política que se formalizó en 1930 al iniciar su militancia en el Partido Aprista Peruano. Creemos que el personal bibliotecario, durante la gestión del doctor Deustua, no solo estuvo dedicado a las tareas en torno al libro, ya que aún no existía un personal especializado. Más bien dicho personal compartía sus labores bibliotecarias con la cáte- dra universitaria, la composición literaria, las investigaciones históricas, el periodismo, el ejercicio político, la reflexión filosófica e incluso las prácticas masónicas. 19 Además, debemos señalar que la historia de este personal no puede entenderse sin la Reforma Universitaria sanmarquina y sin la particular historia política de la década de 1920 que 18 González también escribió varios artículos periodísticos, algunos dedicados a Manuel González Prada con motivo de su repentino fallecimiento en 1918. En la década de los años cincuenta fue miembro del Consejo Universitario de la Universidad Mayor de San Marcos. También fue miem- bro fundador del Instituto Peruano de Sociología y de la Academia Peruana de Ciencias Políticas (Estenós, 1955, p. 222). 19 No solo Deustua era masón; también el contador de la biblioteca, Luis Alberto Sánchez, que se inició en la logia Virtud y Unión Número 3 a comienzos de 1925. Fue invitado por José Ángel Escalante, un leguiísta cusqueño (Sánchez, 1969, tomo I, p. 226). Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.47, 2019
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