Fénix 47, 85-105
–100– F énix n ° 47 / 2019 (1998, p. 495). El padre Durand Flórez, al presentar su revista, se dirigía a los niños y decía que la publicación «(…) entrega páginas sanas, alegres, heroicas, formativas. Unas te incitarán a formar tu carácter, tu personalidad, abriendo ante tu vista horizontes, no de fantásticas quimeras sino de realizable ideal». 11 Los directores artísticos de Avanzada eran Rubén Osorio y Hernán Bartra, que venían de Última Hora y fueron los creadores de la mayoría de los personajes de la re- vista. Ambos fueron convocados por el padre Durand para publicar una historieta sos- tenida por fondos eclesiásticos y que sería distribuida en los colegios. El «fenómeno» de Avanzada permitió que, en sus quince años de duración, publicara ciento noventa números y tuviera un tiraje de veinte mil ejemplares (Lucioni, 2002, p. 210). Algunos de los personajes creados por esos caricaturistas fueron «El padre La Fuente»; «Coco, Vicuñín y Tacachito»; «Meteoro»; «Pirulín y su monito César»; «Loreto, el justiciero del Amazonas»; «Fif-faftes, el zancudo atómico»; «Fulbito y su pandilla»; «Cuntur Sonko»; «El capitán Leiker» , entre otros. Los dibujantes de la revista eran Ricardo León Torres y Javier Flórez, y como colaboradores figuraban Ricardo E. Flórez y Alki Autás. Por su propia naturaleza, la revista Avanzada tenía un precio más elevado que los diarios La Tribuna o Última Hora ; así, el periódico aprista valía cuarenta centavos, el vespertino de Beltrán costaba cincuenta centavos, el proyecto de la revista «Pachochín» costaría un sol, y Avanzada costaba dos soles por ejemplar suelto, pero cabía la posibilidad de suscribirse anualmente y recibir catorce números por veinticinco soles. Las historietas que se publicaban, al pertenecer al género del comic book, presenta- ban historias argumentadas que se comentaban a lo largo de varios números como las entregas del cómic norteamericano. Casi nunca hubo strips debido a la naturaleza de la periodicidad de Avanzada , pues las tiras cómicas autoconclusivas no tenían sentido en una publicación que tenía una recurrencia quincenal o mensual, ya que el efecto y popularidad de las viñetas diarias consistía en la repetición constante, lectura y convi- vencia. «Meteoro» y «Pirulín y su monito César» fueron presentados en la edición de abril de 1955. La primera historieta trataba sobre las aventuras de un superhéroe que trabajaba junto a la policía para combatir a los malhechores de la ciudad; la segunda historieta seguía las aventuras de un niño y su monito, a quién había rescatado de un malvado explotador de animales. Por otro lado «El capitán Leiker» era una relato de aventuras donde el personaje era un luchador interplanetario. Por su parte, «El padre La Fuente» relataba las penurias y vicisitudes por las que pa- saba el protagonista de la historieta en sus misiones evangelizadoras en la selva; «Loreto, el justiciero del Amazonas» , a semejanza de «Yasar del Amazonas» , también relataba los incidentes en los que se envolvía el héroe nativo. Según Lucioni, Avanzada presentó al público limeño el paisaje exótico e inédito de la selva (2002, p. 210); por último, «Coco, Vicuñín y Tacachito» presentaban las aventuras de tres personajes infantiles que preten- 11 Durand, 1953, p. 1. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.47, 2019
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx