Fénix 48, 179-203

191 F énix . R evista de la B iblioteca N acional del P erú , N.48, 2020 sación… : en ese mismo mes de julio de 1973, se había impreso una «segunda tirada» de diez mil ejemplares (en propiedad, una séptima edición, aunque no se le llamó así). En 1970 y 1971, Conversación... había tenido dos ediciones por año; en 1972, apenas una, y para 1973, otra vez con una sola edición, la angustia habría ejercido su dominio…, que incluso los llevó a vender ediciones anteriores (la segunda y luego la sexta) en versiones reempastadas en tapa dura y cantos dorados 18 . (En cuanto a la siguiente novela de esa década, La tía Julia y el escribidor , de 1977, el éxito de ventas fue rotundo como con Pantaleón …: Seix Barral publicó un aviso en La Vanguardia el 8 de diciembre de 1977 presumiendo de la venta de cien mil ejemplares en un mes). Tampoco hay que descartar dificultades de orden político como factores influ- yentes en el «enfriamiento» en la recepción de Conversación... : aunque la revista Casa de las Américas publicó un fragmento de la novela (1971, pp. 97-112), fue también de las últimas apariciones de Vargas Llosa en las publicaciones culturales de Cuba. El enfriamiento progresivo entre Cuba y Vargas Llosa, desde que en 1968 criticara en una columna la adhesión de Fidel Castro a la invasión soviética de Checoslovaquia, y luego postergara por años «dar explicaciones» a los entonces compañeros de La Habana, ralentizó, hasta paralizarlos, proyectos relacionados al peruano en la isla como un curso sobre novela que se había comprometido a dar y una «recopilación de textos» sobre su obra en la colección Valoración Múltiple de Casa. La desafiliación pública de la Revolución cubana, que empezó para Vargas Llosa en 1971 con el co- nocido «caso Padilla», le ganó la desafección e inquina de buena parte de los sectores de izquierda; entre ellos, por supuesto, el universitario más inclinado a leer una no- vela compleja y de contenido político como Conversación... 19 . Los «comisarios» de la cultura en la isla coincidieron, favorable pero tibiamente, respecto a las calidades de la novela . El director de la revista Casa de las Américas , Roberto Fernández Retamar, comentó: «Los dos tomos son muy buenos, pero la primera —de las cuatro partes— es excelente» (Aguirre, 2019, p. 776). En la misma línea se pronunció otro factótum de Casa, el uruguayo Mario Benedetti, en 1975: Vargas Llosa que en lo político ha ido cada vez más volcándose a la derecha, en sus libros no ha evolucionado en igual sentido. Sus libros están a la izquierda de su per- 18 Estos reempastados no fueron privativos de Conversación… También los hubo con otras novelas del autor, que incluso fueron juntadas «en combo», como en el caso de dos ganadoras del Biblioteca Breve, La ciudad y los perros y Los albañiles de Vicente Leñero. 19 Julio Cortázar, que se mantuvo fiel a la Revolución cubana, se lo dijo a Vargas Llosa en estos términos: «En Quito, en Lima, en Cuzco, los inevitables periodistas y jóvenes nos “imaginan” peleados a muerte, y concretamente hacen referencias a duras “polémicas” entre tú y yo. No es difícil rastrear la mecánica de esto. Traté de dejar bien claro la situación, señalando convergencias y divergencias, pero es obvio que la tensión política lleva más y más a una manipulación de los escritores conocidos. En el Perú los jóvenes (no todos, desde luego) te critican duro por las mismas o parecidas razones que se ensañan conmigo en la Argentina» (Cortázar, 2012, p. 343). Augusto Wong Campos

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