Fénix 48, 179-203

184 F énix . R evista de la B iblioteca N acional del P erú , N.48, 2020 más inacabable que una fe de erratas, pero una novela, como todo texto artístico, tiene además hipotéticas erratas de resolución controvertida: por dar un par de ejemplos, Vargas Llosa escribió «sambo» en vez de zambo y «huarachas» en vez de guarachas: una fue corregida décadas después mientras la otra permanece. No son esas las erratas que he contabilizado hasta llegar a unas sesenta en la primera y en la segunda edición, agrupando incluso algunas para abreviar -—por piedad— cuando se repiten sistemá- ticamente 9 . Entre la primera y la segunda edición, las erratas son prácticamente las mismas 10 y se mantuvieron intactas durante todas las siguientes ediciones de la novela en Seix Barral hasta 1996 (veintisiete años después), cuando el autor se mudó de editorial. En la siguiente lista, el número de orden de cada errata es seguido del número de página, la errata y la corrección; en casos en que la errata se repite en los dos tomos he diferenciado con I y II (he señalado en negritas las seis que se corrigie- ron en la segunda edición): Primera edición, noviembre de 1969. Volumen I 1. I: 236, en vol. II: 141, 210 (2), 211(2), 255, «docientos» (doscientos); II: 297 «do- cientas» (doscientas); I: 243(2), 249, vol. II: 128 «trecientos» (trescientos); II: 257 «seicientos soles» (seiscientos) 2. 43 «desaminado» (desanimado) 3. 48 «a los lejos» (lo) 4. 58 «dio un pitada» (una) 5. I: 68 «el coronel no se rio» (rió); II: 74 «se rio Hortensia» (rió). 165 «reir» (reír); 188 «se rio como a pesar» (rió); 207 «Queta se rio» (rió); 302 «se rio Robertito» (rió); 303 «se rio Robertito» (rió). [Hasta 1999 era norma tildar «rió»] 6. 78 «Cronwell» (Cromwell) 7. 83 «Gonzáles Prada» (González) 8. I: 85 «donde se vive» (dónde); II: 252 «Yo sabía donde vivía» (dónde); 272 «ni don- de sentarse» (dónde) 9. 86 «las tarde» (tardes) 10. 101 «mal pensada» (malpensada) 9 El listado y el número de erratas que brindo en cada apartado no es en ningún caso exhaustivo, pues tiene menos fines estadísticos que ilustrativos. La «erratología» carece de ciencia, pero es el más noble oficio y, en Conversación… , el menos practicado. 10 La segunda edición corrige apenas seis e, irónicamente, añade seis más respecto a la primera, todas de orden tipográfico: por un trasvase, hubo comas que se transformaron en puntos. Ocurre solo en el volumen 2: p., 87 («vio inmovilizarse a la mujer. y vio sus ojos»), 89, 167, 234, 251, 262. Así que pasen cincuenta años: transfiguraciones de la primera a la última edición de Conversación en La Catedral

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx