Fénix 48, 29-45

31 F énix . R evista de la B iblioteca N acional del P erú , N.48, 2020 provechoso trabajo de formar dos índices generales de las obras, uno alfabético y otro por materias. Esta tarea que llevaba á [ sic ] cabo, con acierto y empeño, uno de nuestros más expertos bibliógrafos, nombrado D. Teodoro de los Reyes, quedó paralizada con la sensible muerte de este individuo á [ sic ] quien no podían mucho reemplazar por su raro conocimiento general de las obras, y por el especial que tenía de la Biblioteca (Fuentes, 1858, p. 244). Si bien la institución había sido fundada en 1821, y se hallaba en funciones desde 1822, no se contaba con catálogos completos de las obras en ella contenidas, lo resal- tamos para mostrar la ausencia de estos inventarios. La catalogación quedó inconclusa por la muerte del experto catalogador. En este texto, Manuel Atanasio Fuentes resume las obras más importantes de la biblioteca, las que fueron casi luego calcadas por Pal- ma en su primera memoria como director de la BNP. Además, el Murciélago hace un recuento de los incunables (aunque no usa el término) resguardados en la BNP, que nos parece importante rescatar: algunas obras impresas antes del descubrimiento de América por Colón, en Octubre de 1492. La primera y mas [ sic ] antigua, es un breviario que se acabó de imprimir en Venecia el 24 de Noviembre [ sic ] de 1489. La tercera unos comentarios de Persio, por Juan Británico, impresos en Venecia el 17 de Enero [ sic ] de 1492. Unidos á [ sic ] estos comentarios, en un mismo volumen, se hallan los de las Sátiras de Juvenal por Dionisio Caldirini, y otros impresos de Turin [ sic ] del 8 de Octubre [ sic ] de 1491. También es impresión del siglo XV, el Misal Muzarabe, publicado en Toledo el 9 de Enero de 1500 (Fuentes, 1858, p. 244). Segundo intento de catalogación del siglo XIX Si bien se vio alterada la posibilidad de culminar la clasificación por la muerte de Teodoro de los Reyes, la necesidad de hacerla persistió. Después de la muerte del director, en 1875, Francisco de Paula González Vigil 5 , se nombró para el cargo al coronel Manuel de Odriozola, quien para ese tiempo era un reputado veterano de las luchas por la independencia, reconocido bibliófilo y especialista en fuentes históricas (Tauro, 1964). Tenía Odriozola algunas misiones principales para con la institución: reparar la biblioteca, aumentar las colecciones y elaborar el siempre esperado catálogo. Con este fin, se aprobó el 25 de julio de 1878 la resolución en la cual se fijan las normas para la catalogación en la Biblioteca Nacional (Tauro, 2008). En esta resolución, se consideraba hacer índices de libros anotando «con sencillez, su título, autor, año y lugar de la edición, tamaño, número de volúme- nes e idioma» (Tauro, 2008, p. 100). Se nombró para tal labor a dos eruditos; José Toribio Polo, joven historiador y hombre de carácter fuerte, en ocasiones conflic- 5 Francisco de Paula González Vigil fue el primer bibliotecario de 1836 a 1839 y de 1845 a 1875. Rubén Fernando Robles Chinchay / Stifs Edgar Paucca Suárez

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