Fénix 48, 47-79

51 F énix . R evista de la B iblioteca N acional del P erú , N.48, 2020 A continuación, presentaremos el estudio del ex libris en la bibliografía moderna europea, y latinoamericana, para evidenciar la necesidad de iniciar los estudios sobre este tópico en la bibliografía nacional, la que nos permitirá considerar este tipo de mar- cas como una fuente que aporte a la reconstrucción de la historia de las colecciones de la BNP, y con ella su propia historia. • Su estudio Si bien es cierto, aparece en sus diversas formas desde la antigüedad, su estudio no lo es tanto. El acercamiento especializado al ex libris, se inicia en la etapa que Hobsbawm ha deno- minado como la Era del Imperio 11 , periodo del «triunfo y la transformación del capitalismo en la forma específica de la sociedad burguesa en su versión liberal» (2009, p. 16). En él, se habían superado las revoluciones de 1848, y a su vez, marcaba el inicio de la depresión de 1870. Dice el historiador británico: «esos regímenes parecían aceptar la hegemonía econó- mica, institucional y cultural de la burguesía triunfante» (2009, p. 17). Era una época de paz en el mundo occidental, de creciente estabilidad social para las economías industriales, pero que generaría, como señaló Ferro (1970), la gran guerra de 1914. Este contexto permitió emerger una visión erudita y metódica del conocimiento, bajo los postulados positivistas; a su vez admitió la reflexión historiográfica interesada en las fuen- tes primarias 12 . Esta búsqueda de fuentes, sumado al desarrollo del coleccionismo, permite concebir a esas pequeñas etiquetas de papel, no solo como aquellas que se ubicaban en las bibliotecas para indicar la propiedad, un arte menor o curiosidad; sino, como fuente de información que merecía su estudio 13 . Así, aparecen estudios como Les Ex-libris français depuis leur origine jusqu’à nos jours de Jean Aloys Perrault-Maynand en 1874; A Guide to the Study of Book-plates (ex-libris) de John Byrne Leicester Warren en 1880 14 ; Les Ex-libris et les Marques de possession du livre de Henri Bouchot en 1891. El crecimiento de la especialidad llevó a desa- rrollar una primera bibliografía sobre todo lo publicado al respecto. H. W. Fincham y James Roberts Brown publicaron en 1892, A Bibliography of Book-plates (ex-libris) 15 , que recopiló cien- 11 Algunas aproximaciones ya habían sido publicadas décadas antes, como las de Parson en 1837, en la Oxford University Archaeological and Heraldic Society, quien señaló que publicaría un libro dedicado al tema en 1851, lo que no llegó a ocurrir. 12 Periodo de grandes exploraciones y descubrimientos, para Hobsbawm, se da un florecimiento de la creación artística, vinculado al incremento de la clase media urbana, que por su estabilidad puede dedicar más atención a la cultura en general (2009). 13 Sobre este periodo dice Schvarzman: Es hacia la segunda mitad del 1800 que el exlibris comienza a tener una segunda función importantela referida a la imagen gráfica en particular. El aspecto estético devino así en un valor progresivamente independiente, de modo tal que el Arte del exlibris se transformó en una forma personalizada de ornamento de los libros y también en objeto de colección para los aficionados al arte gráfico (2015, p. 68). 14 Warren establece una primera clasificación: Armadura temprana : anteriores a la Restauración, resalta las placas de Nicholas Bacon; Jacobino ; Chippendale : rococó, resalta la placa francesa de Convers, y, Corona y cinta . 15 Una versión previa fue publicada como suplemento del Wester Antiquary , en la edición de abril-julio de 1890. Gerardo Manuel Trillo Auqui / Jhon Elton Delgado Galván

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