Fénix 48, 9-28

11 F énix . R evista de la B iblioteca N acional del P erú , N.48, 2020 Hasta los primeros años del siglo XX, era difícil señalar el verdadero lugar de naci- miento de Monteagudo; peor aún, era harto difícil consignar quiénes eran sus auténticos padres. Todo ello fue motivo para que en 1905 se intente una publicación concluyente con el objetivo de solucionar parte de este problema. Es así que aparece el libro intitulado La cuna de Monteagudo, del boliviano Abecia, en dicho texto el autor señala lo siguiente: Exhibimos un documento incontrovertible, una partida de matrimonio, y matri- monio que se realizó precisamente en una época en la cual nació Bernardo Mon- teagudo. Este documento que lo conocíamos hace años, ha sido puesto de relieve, esculpido podemos decirlo por el testamento de Miguel de Monteagudo. Es por eso que afirmamos con íntima convicción, que el llamado tribuno de Tucumán es uno de los grandes hombres que ha producido Chuquisaca, cuya gentil figura irradiará más á [ sic ] medida que pase el tiempo (1905, p. 17). Abecia afirma que el lugar de nacimiento de Monteagudo es la ciudad de Chu- quisaca, la fuente que utiliza para lanzar dicha afirmación es la partida de matri- monio de los padres de don Bernardo, este documento de unión conyugal fue sus- crito en la ciudad de Chuquisaca. De esta manera, Abecia sigue la tesis de Iñiguez referente a los padres del prócer, ya que este señala como padres de Monteagudo al español Miguel de Monteagudo y a la argentina Catalina Cáceres; pero señala a Chuquisaca como su lugar de nacimiento. Sin embargo, consideramos que lo último es débil, toda vez que argumenta que el matrimonio de los padres de Monteagudo se realizó en Chuquisaca y que por tal motivo su nacimiento tuvo que producirse en esa misma ciudad. Su razonamiento es: los padres de Monteagudo se casaron en Chuquisaca y es por ello que nuestro prócer nació en dicha ciudad; razonamiento carente de una prueba concreta de conexión entre el matrimonio de los padres y el nacimiento de don Bernardo. Por otra parte, la tesis que establece que el lugar de nacimiento de Monteagu- do fue la ciudad de Tucumán, se apoya documentalmente en la carta que nuestro personaje emitió el 27 de agosto de 1809 al cura de Sica-Sica, el patriota tucumano don José Antonio Medina, a quién con tono cordial llama «primo, paisano y amigo» (Leguizamon, 1917, p. 27). Baste lo dicho hasta aquí para señalar que el origen de Bernardo Monteagudo todavía, en la actualidad, es aún incierto. Es difícil afirmar, exactamente, en qué ciudad nació y quiénes fueron realmente sus padres. Sería muy útil para dilucidar el tema de la cuna de Monteagudo, y el de la identidad de sus padres, la aparición de su partida de bautismo; dicho documento, lamentablemente hasta la actualidad, está en situación de no hallado. Ahora bien, abordemos otro tema controversial sobre la persona de Bernardo Mon- teagudo: su aspecto racial. En la actualidad, se conocen dos imágenes totalmente opues- Roger Saravia Avilés

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