Fénix 5, 200-282
2 1-1 FENIX Agustúi de Ziiratc (nació en 1514; eri e1 Pcrú 1544-45). Contador. Por razoz-ies pdi- ticas pa-W 6 afios en !a cárcel," donde complet6 sil "Historia del descitbrimiento y cot~quis- ta del Perú",' cuya mayor parte, en contraste al títiila, se refiere a los acontecitnienfas desde 1541 a 1550. La crónica de Záratc es tina de las primeras &ras mAs amplias que fuc- ron publicadas s d x e e! tema y sirvi6 de orientación a niimerosos autores posteriores. Va- rios capítulos dcl.primcr libro de la crónica estan dedicados a consideraciones sobre los In- dígenas, el origen de los Iiicas y los sucesos desde el guhierno de Huayna Capac hasta la llegada de los Españoles. B ) DESDE FINES DEL SIGLO XVII HASTA LA INDEPENDENCIA Observada desde nuestro punto de vista bibli~gráfico,la segunda mitad de la época colonial tiene carácter de "transición" casi tan sólo cronológica- mente. Es difícil aplicar este término en cuanto a 10s estudios sobre el pasa- do prehispánico, pues por un lado en el Perú de fines del siglo XVII hasta los principios de la independencia no existió e1 anterior y posterior afán de l a descripción de las antigüedades y por otro lado nació en Europa una lite- ratura que tomó el Incanato como argumento de discusiones filosóficas y co- mo paradigma de ideales sociales, lo que ni antes ni después fué el criterio predominante. En los primeros tiempos que siguicron a la conquista, ia organizrtción gu- bernativa, la explotación económica y la inisión católica hacían deseable el conocimiento del indio, de su anterior régimen político-económico, de sus ins- tituciones sociales y de siis creencias. Pero, una vez establecida la adininis- tración, trazado el sistema económico e impuesta la iglesia, no existió la nece- sidad dcl estudio del indígena y de su pasado. Más bien, la casta espaiíola gobernante tenía el interírs de hacer olvidar la época de la independencia indí- gena y de ninguna manera quiso fomentar una literatura que hubiese glonr- ficado este pasado. Es por eso que durante casi 2 siglos no encontramos niás que dos a tres autores de rango, nacidos o residentes en el terreno del ante- rior Sawantinsuyu. El siglo XVIII revela cierio progreso de la historiografía sobre todo por la progresiva independencia desde las dogmas teológicos y por la asociación con la incipiente Antropogeografía, Econoniía política y también con !a Et- nografía que en el mismo continente americano vio al Padre Lafitau,:' uno de los fundadores del método comparativo, punto inicial de la Etnología. Pero en total, los progresos no influyeron mucho en el estudio de la AmC-. rica indígena y menos en el de la época precolombina. La descripción de la América aborigen por los Aniericanos contemporáneos era muy escasa. .De Europa llegaron poquísimos eruditos, tanto por la inconiodidad de los viajes como por la dificultad de obtener el permiso para entrar a las posesiones es- pafiolas. El material de estudio, d2jado por los autores de las generaciones - , 3 Ver el prólogo de R. -Porras Barretzechea en Zíirate, ed. 1944. pp. 6-7. 7 - Su obra "Moeurs de -sau\ragec américains, comparés aux moeurs des prérniers trmps"* se ocupa de las costumbres de nlgunas tribus del Noreste de la América septentrioilal. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.5, enero-junio 1947
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