Fénix 6, 511-589

532 FENIX samientos y las expresiones audaces. Traducidos, dirían: "Aquí estuvo, aquí se acostó, en este tálamo dormimos, aquí, durante la noche, me hartó de placer". Resumiendo: las ideas que Ovidio expresa aprópiaselas Melgar con verdadero criterio poético y así aparecen en el texto castellano originales, só- lidas y abundantes. Ventaja del arte clásico la de dar ideas y no sólo palabras. Mariano Melgar recibió con la influencia ovidiana una orientación segura en su tendencia ya que como romántico pudo habernos dado una versión decla- matoria, sentimental y sin consistencia. Empero, no sólo nos dá a conocer los pensamientos del vate latino sino también nos deleita con pensamiento propios. Muy interesante sería para el psicólogo interpretar las ideas expresadas por Melgar pues resultan de hondo significado al asociarlas con el nombre y la persona de Silvia. Por otra parte, la abundancia de pensamientos, antes de restarle, hace ganar a la expresión poética en vigor al darnos a conocer esas ideas con aquella reposada y serena belleza de lo clásico al servicio de lo ro- mántico. El plan seguido por iMelgar está muy ac~modadoal texto y asequi- ble, de suerte que el lector participa, sin mayor esfuerzo, tanto de la grandio- sidad de algunos pasajes como de la sencillez que se advierte a lo largo del poema muy ajena, por cierto, de la manera razonadora, abstracta y prosaica que no pocos traductores de Ovidio esclavos del énfasis declamatorio, dan en el prurito de traducir ad pedem litterae con menoscabo del aporte lírico individual. Mariano Melgar sigue celosamente la argumentación de los dísticos latinos, apareciendo lógica, clara, y progresiva. No pocas veces amplifica algún pensamientos pero sin exageración buscando únicamente la novedad, la clari- dad, la viveza y la brillantez que se observan en Ovidio, imprimiendo a la tra- ducción un afecto muy suyo, acomodado al asunto, natural y espontáneo. Y en cuanto a las imágenes que con tan exquisito gusto se apropia, aparecen en sus endecasílabos casi con la misma viveza que en latín, resultando por consiguien- te propias, plásticas y en no pocos pasajes, grandiosas. Pero lo personal en la traducción está en el estilo. Melgar traduce sin copiar. Toma de Ovidio los datos, los materiales -ut ita dicam- pero no la inspiración. La inspiración es de Melgar. Cuando uno lee otros traductores, el sello peculiar del traductor desa- parece. Por lo regular, tales versiones son frías, mecánicas, enumerativas, con un sabor a pergamino viejo que nos habla de un hecho histórico pero sin ha- cernos partícipes de la emoción estética imperiosamente reclamada. En Melgar acontece todo lo contrario. Nos olvidamos completamente del texto original para embebernos en la obra del traductor. Digo la obra, por- que en un alarde de inspiración y buen gusto ha creado, con pensamiento aje- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.6, 1949

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