Fénix 6, 511-589
LA TRADUCCION DEL "REMEDIA ~\;MORIS" DE OVIDIO 533 nos, iina poesía propia con todas las características de su estilo y de su len- guaje, comunicándonos aquella vibración lírica propia de su espíritu. No niego que se encuentren algunos lunares en el poema de Melgar. Aunque propio y castizo no siempre lucen la elegancia y la precisión. Quién sabe tales defectos se deban a que Melgar no corrigiera debidamente estos versos, porque -como repito- más parecen desahogo del espíritu que obra literaria escrita exprofeso para deleite artístico, aunque tal consiga por las cualidades inherentes a su alma de artista. Melgar es, sin lugar a dudas, gran poeta además de gran humanista. Domina el latín clásico a la perfección. Y tanto es esto más admirable cuan- to que fué muy joven, autor de esta traducción, pues el conocimiento de la lengua latina no estriba tanto en la retención memoristica de palabras y lo- cuciones, cuanto en la interpretación de su espíritu, conquista árdua de lograr y fruto de maduros y concienzudos estudios de los autores reputados por clá- sicos. Precisamente la dificultad que encuentra el crítico para conocer dón- de empieza y termina el aporte literario de Melgar, es índice seguro para de- terminar este dominio de la lengua y del espíritu del latín literario. De ahí que el presente ensayo aparezca nimio en el comentario gramatical de ciertos versos castellanos, diferencias que naturalmente tienen que aparecer en la tra- ducción, pero que en el presente caso, corroboran las cualidades de Mariano Melgar como humanista. Por otra parte, Melgar, como poeta, no pudo substraerse al entusiasmo producido en su alma por las bellezas descubiertas en los poetas paganos de la Roma Imperial. Pero con la diferencia de que si aquellos cantaron no po- cas veces adscritos a la gleba de lo inmoral e indecoroso, hízolo él a inmensa altura entonando con nobleza lo que su alma recogió de positivo valor artís- tico, dejando entre los versos del vate latino las expresiones, los pensamientos y las imágenes vergonzosas. Vuelvo a recordar que esta traducción no fué escrita en plena madu- rez de su talento y de su estilo. La escribió un muchacho que pensaba y so- ñaba como hombre y en el cual admiran su discreción, su tacto y la cordura que demuestra en todos los versos de su traducción. Este aticismo nos lo pre- senta prematuramente culto, como varGn de vasta experiencia y cargado de años. Algo así como las figuras de los trágicos griegos, que a la distancia se con- funden con sus personjes, y nos los imaginámos como aquellos titanes desco- munales de sus tragedias. Idealista y patriota, vivirá Mc!:zr en nuestro recuerdo y en nuestro corazón porque como decía Píndaro: "La palabra vive más tiempo que las ha- zañas mismas: la corriente -digo- de las palabras, que la lengua con el favor de las Gracias es capaz de hacer brotar de un alma profunda" (11). (11) Píndaro, Neinea, IV, 10-12. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.6, 1949
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx