Fénix 6, 511-589

Me imagino a Melgar buscando en Ovidio un lenitivo a su dolor más que una versión artística. Lo asombroso es que logra salvar el arte sin notarse el esfuerzo. Algo verdaderamente notable en un joven que, aunque amante desde niño de las bellas letras, no buscaba con tanto ahinco la gloria de ellas cuanto el amor de su amada y la grandeza de la patria. Para quien haya leído detenida y concienzudamente estos versos de Mariano Melgar, experimentará un sentimiento de desconsuelo, una ansia in- coercible de olvido, un anhelo de encontrar en los consejos ovidianos el des- canso espiritual y el sosiego do1 alma, cuando buscando la verdad y la belleza, encuentra un lenitivo en la sabiduría y en la obra artística. Emplazo a cualquier literato que contando los años de nuestro Maria- no haya podido ni siquiera traducir, ni mucho menos componer una obra de lirismo tan personal y tan profundo, pese a que el original más bien está Im- buído de un hálito de sensualismo muy propio de la paganía de entonces y de quien, como Ovidio Nasón, malgastó su riquísima vena en obras de vitan- dos argumentos, presentándolos con estilo bellísimo pero desdoroso en cuanto a su moralidad. Melgar, en cambio, esquiva con tino ejemplar tales expresio- nes y las convierte en honrados vehículos de un sentimiento poético delicado y sublime. Tales razones bastarían para convertir a Melgar en un verdadero poeta y en un excelente latinista, cuya obra -para honra de nuestras letras- demuestra en el Perú, en los albores del siglo XIX, un movimiento humanísti- co que ilumina gloriosamente la historia liteiaria de nuestra patria en momen- tos de tan augusta como difícil situación política. Un estudio completo y detenido, no Un ensayo reducido a los estrechos límites de un artículo, merecería nuestro insigne vate arequipeño en lo que res- pecta a la traducción quc comentamos; mas aprovechamos para prevenir al lec- tor de algo muy importante, que es señalar tan sólo en el presente estudio aquellas notas o caracteres gramaticales y literarios más resaltantes que nos puedan dar idea de la personalidad y originalidad de Melgar en su versión castellana, esperando que alguno de nuestros eruditos, aproveche el desbroce para ampliar y profundizar sobre el particular (3). El aspecto más interesan- te de este estudio es la comparación a dos columnas del texto original latino con el castellano de Melgar, procurando diferenciar el número de versos de en- trambos y facilitando la búsqueda de cualquier estrofa o cita con la referen- cia respectiva en latín. De manera que, si bien doy en forma un tanto minuciosa datos críticos de los versos de las primeras estrofas, es con el fin de que el lec- tor se forme idea cabal de lo que acontece en todo el poema, pues sería mo- nótona e inútil la repetición de los giros y modismos, que forzosamente han de existir en toda traducción, irnmo vero, en versos sujetos a las leyes del me- tro, rítmo y rima. ( 3 ) E1 presente estudio no trata .obre cl poema d? Irlelg4r. iit sic. que interesa al crítico en cuanto se re1:iciona con el teuto latino materia <le la traducción. Es. pue.;, sólo un aspecto del arte del poema y no la crítica total del mismo. Por eso notará el lector la au- sencia del comentario directo del poema castellano. Deduzca por lo tanto el erudito lector, el valor literario integral de la poesin de Mariano, puesto que sólo desde el punto de vista do la traducción es tan notable. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.6, 1949

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