Fénix 6, 511-589
No siendo de tu vuelta otra la causa, Que el amor de una vil, que se disculpa Presentando a tu amor bellas palabras. Pero no vuelvas: mira, que en saliendo Prestarán mil consuelos a tus ansias El camino, los campos, los amigos. No creas que el haber salido basta: Quédate fuera di:atados tiempos, Hasta que al cabo ni centellas haya Del fuego antiguo bajo sus cenizas. Si a volver te aceleras, sin que se haga Tu corazón enteramente fuerte, El amor tomará más fuertes armas; No fuera desventura haber salido Sólo para volver con más instancias, Y que se tornara en mayor daño L3 fuerza de la ausencia, y la distancia? ESTROFA IV Nada vale el esfuerzo de la Magia Si alguno ha visto las hechicerías, Que tiempo hace inundan la Tesalia, Y cree el arte mágico servible, Sepa, que aunque es un arte tan usada, Nuestro Apolo no tienta tales obras, Ni dá en mis versos medicinas malas. No enseño yo a llamar de los sepúlcros Sombras horribles, ni a que el suelo se abra Al canto detestable de una vieja; No hago pasar volando a otra campaña, Las mieses de ésta, ni que a un punto Febo Pálido vuelva su rojiza cara. Correrá al mar el Tiber, como suele, Como suele andará la Luna blanca; No haré que una canción sosiegue el pecho, Ni que el amor se ahuyente con las hachas Que de azufre los mágicos encienden. Dí, Medea ¿Qué auxilio te prestaban Los hechizos de Calchas para verte Contenta sin Jasón sola en tu casa? Dí, Circe ¿Qué lograste con tus yerbas Cuando Ulises alzó las corvas anclas? Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.6, 1949
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