Fénix 6, 511-589

Todo hiciste, por que él se detuviese, Y él pudo navegando huir tus playas; Todo hiciste después para olvidarle, 1 se sentó el amor perenne en tu alma: A los hombres trocabas en mil formas; Pero trocar tu amor nunca lograbas: 1 aun es fama que al tiempo de partirse Llorando le dijiste estas palabras: Ya ni pedir me atrevo lo que a un tiempo ¡Ay memoria cruel! firme esperaba: Ya ni a pedir me atrevo ser tu esposa; Y no por ser indigna de ésta alianza, Pues soy Diosa y soy hija del gran Febo: Esto sólo te pido: no te vayas Con tanta prontitud: por todo premio De mi amor pido sólo tu tardanza. ;Qué menor recompensa exigir puedo? Horrorízate al ver la mar turbada; Aguarda a que otro viento favorable Después te lleve, sin temer borrascas. <Por qué huyes? hay acaso nuevas Troyas Ni otro Rheso que te haga tomar armas? 1 aquí hay amor, hay paz en ésta tierra En que sola yo vivo atormentada; Todo el reino tendrás a tu dominio". Decía ella, y Ulises levantaba La ancla veloz, y a un tiempo el recio Noto Volar hizo la nave y sus palabras. Circe entonces ardiendo, triste ocurre Al miserable auxilio de su Magia, Mas no pudo apagar su amor doliente: No creas, pues, que son sino muy vanas Las fuerzas de esos versos encantados, Si mis artes pretendes, que te valgan. ESTROFA V Recuerda agravios y defectos mira Oye lo que en tu patria hacer te cabe Si en ella te detienen graves causas. iFamaso vencedor, el que de un golpe Su amor y su dolor del pecho arranca! Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.6, 1949

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx