Fénix 7, 26-108
PRONTUARIO DE TECNICA BIELIOGRAFICA 5 1 Si el índice corresponde a diversas obras, el indizador adquiere categoría de autor. Regestador: aquél cuya obra se reduce a compilar un índice crono- lógico de documentos. Si los documentos carecen de autor, es autor el reges- tador de los mismos. Concordador: aquél cuya obra se reduce a indizar y establecer el sig- nificado de las palabras de la obra de un autor o de varios. Si las concordan- cias se refieren a más de una obra, el concordador se convierte en autor. Compendiador: aquél cuya obra significa un compendio, un epítome, una reducción o una paráfrasis, de otra obra. Entrevistador (reportero o interviuvador): aquél cuya obra se reduce a expresar el pensamiento de otra persona. Quien da la entrevista es, en ge- neral, el autor; pero si quien la hace llega a conferirle forma literaria propia o escribe la mayor parte del texto, se convierte en autor. Ilustrador: aquél cuya obra consiste en el texto ilustrativo de ia obra. Si el texto ilustrativo tiene valor artístico y se publica aparte, el ilustrador se convierte en autor. Traductor: aquél cuya obra consiste en traducir la de otro autor a una lengua que no es la original. Si la traducción corresponde a una poligrafía onomástica, el traductor adquiere categoría de autor. 7 : 5. Aspectos bibliográficos de la traducción. Existe una doble tesis acerca de la traducción, basada la una en el hecho de que la for- ma expresiva de un contexto jamás puede ser idéntica en otra lengua -según el viejo aforismo: traduttore, traditore-, y la otra en el hecho de que, aun cuando la diversa lengua es un obstáculo difícil de salvar, cabe, sin embargo, la posibilidad de reexpresar el contexto si es que quien lo hace tiene la capacidad y e1 arte de hacerlo. Una de las opiniones más interesantes al respecto es la de José Ortega y Gasset (en su Miseria y esplendor de la tra- ducción), quien considera una utopía el traducir, pero utopía que, como to- das las utapias humanas, conllevan cierta posibilidad de realización. Cuenta Ortega que, en una reunión de profesores del Colegio de Francia, universita- rio.; y personas afines, alguien sostuvo que era imposible traducir ciertos pen- sadores alemanes; y que él preguntó si era posible que algunos otros sí lo fueran. La tarea le parece temeraria, tanto más cuanto - dice - "el traductor suele ser un personaje apocado. Por timidez ha escogido tal ocupación, la mínima. Se encuentra ante el enorme aparato policíaco que son la gramática y el uso mostrenco. ¿Qué hará con el texto rebelde? ¿No es pedirle demasia- do que lo sea él también y por cuenta ajena? Vencerá en él la pusilanimidad y en vez de contravenir los bandos gramaticales hará todo lo contrario: me- terá al escritor traducido en la prisión del lenguaje normal, es decir, que le traicionará. Traduttore, traditore". Al argumento según el cual son traducibles las obras de ciencias exactas, opone el caso de algunas de matemáticas que tratan de la "Teoría de los conjuntos", cuyo creador, el matemático Cantor, la denominó con un término intraducible en otras lenguas: Menge, cuya sig- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.7, 1950
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