Fénix 7, 3-25
MEMORIA DEL DIRECTOR DE LA BIBLIOTECA NACIONAL 13 EL PROBLEMA DE LOS LECTORES ESCOLARES La asistencia de grandes masas de alumnos de educación secundaria 2 nuestras salas de lectura, constituye uno de los problemas más graves que ac– tualmente tiene planteados la Biblioteca. Las consideraciones que a este res– pecto voy a exponer no significan, ciertamente, falta de afecto por los lecto– res jóvenes, ni falta de interés en atenderlos y servirlos: basta presentar el cuidado y la atención que consagra la Biblioteca al Departamento de Niños, como la mejor prueba de lo bien venidos que ellos son en esta casa. Pero el número en que afluyen los escolares a la Biblioteca, el objeto con el cual vienen y el espíritu, inevitable dados sus pocos años, que los ani– ma, constituyen para ella verdaderas causas de perturbación. Animados del laudable deseo de que sus aiumnos no se limiten al es– tudio memorista, muchos profesores de colegios de educación secundaria de ambos sexos, inducen a los adolescentes a ampliar sus conocimientos en otros libros y a formar una "carpeta de trabajo" lo más amplia y lo mejor presen– tada que sea posible. Para facilitar sus lecturas, les dan una bibliografía, mu– chas veces demasiado copiosa, y no siempre de libros que estén al alcance de su juvenil y aun no desarrollada inteligencia, y los encaminan hacia la Biblio– teca Nacional. La consecuencia de esto es que, hacia el fin de la tarde, llegan a la Biblioteca verdaderas oleadas de escolares, que suben bulliciosamente las es– caleras, irrumpen en la Sala de Catálogo y en las salas de lectura. y solicitan más o menos los mismos libros, de modo que resulta difícil o imposible ser– virlos a todos. Luego van a sentarse, formando por lo común grupos en torno de las mismas mesas, y allí trabajan pero también conversan y crean un am– biente de algarabía contenida, totalmente impropio de una Biblioteca y que perturba el trabajo de los lectores adultos. Ciertamente que la Biblioteca Nacional debe estar abierta a todo lector que quiera venir a ella, pero siempre que cada uno respete el derecho de los demás, y que ninguno sea causa de perturbación o de molestia para los otros. Los remedios para la situación que acabo de describir son obvios: 19.-Multiplicación y mejoramiento de las bibliotecas escolares, a fin de que los alumnos sólo excepcionalmente se vean precisados a recurrir a la Biblioteca Nacional; 29.-Apertura, en la Biblioteca Nacional, de dos salas de lectura es– peciales, para los adolescentes de uno y otro sexo, con libros adecuados a la ampliación de los libros de texto; y 39.-Que mientras se puedan realizar los dos desiderata indicados, los profesores de educación secundaria limiten en lo posible el envío de sus alum– nos a la Biblioteca. En cuanto al punto segundo de los indicados, esperamos realizarlo al ampliar el Edificio de la Biblioteca. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.7, 1950
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