Fénix 7, 3-25

8 FENIX comunes con los cuales se denomina un asunto o tema - cuya elección ge– neralmente se aconseja - no corresponden al tipo promedio de lectores que con– sultan los catálogos temáticos. Ello ha decidido a modificar, en parte, y de acuerdo con la forma de la demanda, la terminología común de los epígrafes y a cancelar - especialmente en materia científica y técnica - las denomina· ciones comunes o vulgares, en la inteligencia de que está más dentro de la función de la Biblioteca Nacional establecer términos del público versado en la materia que someter sus epígrafes a las necesidades de quienes no están informados en ella. Por el contrario, enseñar el término propio mediante el mecanismo del envío al lector no informado es a la postre colaborar en la cul– tura nacional en el punto donde compete hacerlo a la Biblioteca y realizar una suerte de extensión universitaria. Tanto en lo que se refiere a la aplicación de las Tablas, cuanto en lo concerniente a la política de epígrafes, la Sección de Clasificación opera según la opinión más autorizada; y, en punto a informes, trata de especializar a sus clasificadores, según su vocación y experiencia, y, al mismo tiempo, consulta constantemente con especialistas escogidos entre las autoridades nacionaies en cada materia. Sistema de Catalogación La Sección de Catalogación ha elaborado desde Enero de 1945 un to– tal de 44,759 asientos, que constituyen actualmente el Catálogo Oficial y que, multiplicados por un promedio de 5 asientos secundarios, se encuentran dis– tribuídos en los catálogos en servicio, a saber, el Catálogo Nacional, el Catá– logo de Ciencias Puras y Aplicadas, el Catálogo de Humanidades, el Catálo– go de Enciclopedias y Diccionarios y el del Departamento de Investigaciones Bibliográficas. La tarjeta de catalogación tiene las dimensiones universales de la fi– cha descriptiva ( 121/z por 71/z cm) y se asegura en la gaveta mediante una barra que la atraviesa en su parte inferior. Es de lamentar que la cartulina hasta ahora fabricada en el Perú no satisfaga las necesidades del Catálogo Pú– blico, por su escasa duración y poca resistencia al uso, y que requiere ser, en su margen superior, cubierta con cinta engomada de celofán para defenderla del deterioro manual y, en su margen inferior, reforzada con una rondana de tela, también engomada, a fin de que no se rompa. La técnica descriptiva del texto ha cumplido las reglas vigentes y apro– badas por la A. L. A. (en su Catalogitlg Rules ior Author and Title Entries, 2'1. edición, Chicago, 1949). Sin embargo, han tenido lugar algunas modificacio– nes según otras fuentes, muy en particular las de la Normas de la Biblioteca Apostólica Vaticana (edición española, 1940), y también cada vez que lo ha aconsejado la forma de la demanda del público. En principio, consideramos que el asiento catalográfico de la Biblioteca Nacional debe trasuntar con rigor ob– jetivo el código vigente - así en la entrada onomástica como en la descripción de la portada y del texto, - si es que sus fichas han de servir de modelo a las de otras bibliotecas del país. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.7, 1950

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