Fénix 7, 340-354

NOTAS BIBLIOGRAFICAS lo se ofrece una semblanza de Pizarro, gestor y ejecutor principal de la empresa conquis- tadora. Concluye esta parte con los relatos de la toma de Cajamarca, la fundación espa- nola de Lima, Cuzco y el relato de las incidencias de la aventurada expedición de Alma- gro a Chile. "Reacción Peruana" se titula el Cap. V de la Cuarta Parte. Se destaca los alcances del formidable levantamiento de Manco Inca en el Cuzco; las guerras civiles entre alma- gristas y pizarristas; la llegada de Vaca de Castro, Núñez Vela, Gasca y el término de ese período de turbulencia con las acciones de Chuquinga y Pucará. Las partes V y VI (Cap. VI y VII) se ocupan de la obra colonizadora de España en América. Pasada o atenuada la inquietud belicista, se dedican los conquistadores a buscar en la realidad la expresión feliz de ese cúmulo de fantasías tejidas en torno a la riqueza del fenecido imperio incai- co. Se organizan con tal fin expediciones al Dorado, al país de los chunchos o al de las canelas y a las no menos peligrosas de Popayán, Charcas y Cali. En la Séptima Parte del Cap. VI11 se refiere la división política del Virreynato y el cuadro de gobernantes que ejercieron el mando hasta entonces. La Octava Parte (Cap. IX) está dedicada al Perú de nuestros días. Breve rela- ción de lo que es el país en sus aspectos geográfico, económico y político. Completa el texto el Epílogo donde se resalta las virtudes guerreras del pueblo español de la época, que tanta fama alcanzara, a instancias de su espíritu perseverante y sacrificado en los es- cenarios indianos. Hay en esta obra indiscutiblemente dos hechos que ameritan su contenido: la con- creción a un lapso histórico y el método seguido en su estructuración que permite la vin- culación de hechos militares con otros de diversa índole, inherentes, sin embargo al obje- tivo fundamental del trabajo. Merece, empero, ciertas observaciones dada la finalidad con que ha sido redactado. Se anota que fueron cuatro los estímulos que trajeron a los españoles a tierras ame- ricanas: 1Q el religioso; 29 el patriótico de engrandecer la patria; 3Q el honroso de con- quistar un nombre glorioso en la Historia a cuenta de un gran esfuerzo y 4Q el humano de adquirir riqueza. Si se adecua el orden de estos estímulos al plano de lo real sufren una sustancial alteración. No es lógico sostener que tenga primacía en este sentido el móvil re- ligioso. Si bien es cieito que paralela a la acción conquistadora se desenvolvió la política evangelizadora; tuvo aquella preponderancia sobre esta Última; adviértase por ejemplo que no fué el afán de propagación de la Fé lo que trajo la rivalidad entre los primeros coa- quistadores que pisaron tierra americana. En la Segunda Parte del texto se anota: "En este crítico trance de la vida del Im- perio habían de irrumpir los conquistadores españoles en el Perú, misión providencial y universal a evangelizar y civilizar, imponer la justicia de Dios, libertar a los indios y rom- per la continuidad de un bárbaro Imperio por la acción de las armas españolas". Con es- t e enjuiciamiento y con el calificativo que de "Monarquía despótica absoluta" se dá al régimen de gobierno incaico, se pretende desvirtuar el sentido de orden y disciplina ba- jo el cual desenvolvió sus actos administrativos ese organismo. A esto habría que añadir el convencimiento que tenía tanto la clase dirigente como la masa dirigida en el origen divino de ese mandato. Por esto resulta improcedente sostener que los españoles vinieran a mediar entre tiranos y tiranizados; ni lógico justificar el aspecto negativo de la políti- ca conquistadora, representada en la implantación de instituciones tan lesivas al aborígen como lo fueron la encomienda, y el servicio personal, tan duramente impugnados por Las Casas, Molina, y Agia entre otros. El enjuiciamiento de estos hechos debe ir entonces hacia el reconocimiento de errores y beneficios, posibles de advertirse en toda política conquistadora, y a admitir que muchas veces la política arbitraria del funcionario subal- terno rebaso el buen sentido de la legislación indiana En otro de los acápites de la obra se interpreta erróncarnente el por qué del cali- ficativo de viracochas, dado a los españoles por los aborígenes. y se anota: "Los indígenas vieron en los españoles los libertadores de la odiosa esclavitud que los oprimía; desde aquel Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.7, 1950

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