Fénix 8, 357-394

MEMORIA DEL DIRECTOR DE LA BIBLIOTECA NACIONAL 359 deras y de constituir, así, un elemento de investigación. para los futuros histo- riadores: no sólo para los que estudian la Historia Política, sino para los que cultivan la Historia de la Cultura en sus múltiples aspectos. En los países de gran desarrollo bibliotecario, estos cinco tipos de bi- bliotecas están perfectamente diferenciados; pero en los países jóvenes, como lo son la totalidad de las repúblicas latino-americanas, las naturales limita- ciones que mil causas históricas, sociológicas y económicas no nos han permi- tido todavía superar, obligan s las Bibliotecas Nacionales a desempeñar, ade- más del suyo propio, el papel de bibliotecas públicas. Todas ellas realizan esta doble tarea, consagrando casi puede decirse iguales energías al cumplimiento de su misión trascendente de Biblioteca Na- cional, y al ejercicio de la función, más viva y actual, de la Biblioteca Pública; y lo hacen así porque las exigencias de la realidad se imponen muchas veces sobre los esquemas teóricos y sobre las clasificaciones principistas. Pero deberá cuidarse de que la Biblioteca Pública no mate a la Bi- blioteca Nacional; o sea que estas instituciones deben cumplir sus funciones de Biblioteca Pública, en forma que no les cause el menor desmedro, ni di- ficulte, ni para hoy ni para mañana, el cumplimiento de su otra misión, que es la verdaderamente esencial y permanente, de Biblioteca Nacional. He considerado que debía exponer alguna vez, como lo hago en esta oportunidad, la distinción radical entre dos tipos de bibliotecas, que el gran público suele confundir. La manifestación más frecuente de esta confusión es el reparo que se suele formular contra una Biblioteca Nacional cuando ésta no realiza las funciones que críticos un poco precipitados han visto realizar a Bibliotecas Públicas - generalmente pequeñas - de otros países, singular- mente de los Estados Unidos. La Biblioteca Nacional del Perú presta actualmente, y lo presta en la forma y con la eficiencia que se detallará en el curso de esta Memoria, un servicio que no es propiamente del resorte de una Biblioteca Nacional. sino de una gran Biblioteca Pública: a saber; la Biblioteca Infantil, establecida en nuestro Departamento de Niños. De análoga manera, será posible establecer, con una amplitud que de- penderá de lo que permitan las circunstancias, el préstamo de libros a domici- lio. En los países europeos y en escala mucho mayor en los Estados Unidos, las Bibliotecas Públicas tienen establecido, como es notorio, el Servicio de Préstamo; y se esfuerzan por llevar los libros al suburbio, al hospital, a la pri- sión, a la fábrica, ofreciendo los beneficios de la lectura, incluso a quienes no los solicitan espontáneamente. Este servicio habrá de realizarlo en cuanto sea posible, entre noso- tros, la Biblioteca Nacional, si es que no se organiza antes una Biblioteca Pública que se encargue de él; pero para ello habrá que destinar una colec- ción especial de libros cuidadosamente seleccionados para el caso, colección que deberá ser enteramente distinta de la colección principal destinada a ser comunicada al público en las Salas de Lectura de la Biblioteca. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.8, 1952

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