Fénix 8, 395-418

426 FENIX drá comprenderse la fecunda inf1uenc;a ejercida por esa parte inicial de !os trabajos bibliográiicos efectuados por Mariürlo Felipe Paz Soldán. En los restantes capítulos intentó organizar una guía para que el investi- gador pudiese disponer de noticias inmediatas sobre los impresos vinculados a la vida y la resonancia dei Perú. Y, apartandose del criterio exnaustivo del bibliógrafo, elimina los que no ofrecen informaciones significativas, ni cons- tituyen valores relievantes de la cultura, y que, por su excesiva abundancia, le parece que contribuirían a engrosar el volumen sin agregarle utilidad. Ta- les son las novenas, los catecismos y otras "publicaciones esencialmente mís- ticas", así como las cartillas, los silabarios y demás manuales destinados a la instrucción de los niños. Pero, de otro lado, incluye estudios y alegatos di- plomáticos, cuyas doctrinas juzga aplicables a las cuestiones internacionales del país, o libros de carácter general que sólo por incidencia mencionan el nombre del Perú. Ello obedece a la circunstancia de hallarse en la Biblioteca Peruana un repertorio primario de las fuentes directas e indirectas que el in- vestigador requiere para establecer la fisonomía de esta tierra, escrutar en su pasado y esclarecer el genio y el sino de sus gentes. Por otra parte, es notorio que la aparición de la Biblioteca Peruana refleja el profundo interés que inspiraron los valores nacionales, tras la inte- gración democrática Iograda por la revolución liberal de 1854 y el triunfo que las armas del país impusieron a la usurpadora armada española el 2 de mayo de 1866. Entonces, gracias a los coincidentes empeños de los eruditos y las instituciones gubernativas, habíase dado inédita intensidad al estudio y la evo- cación del pasado, a la recopilación de las fuentes históricas y a la investiga- ción de la realidad. Y no sólo como expresión de un estado de conciencia, sino como base o aliento de las búsquedas iniciadas en armonía con sus di- recciones, aparecieron, al lado de la citada bibliografía general del Perú, las primeras monografías bibliográficas enderezadas a destacar aspectos particu- lares de su vida o su cultura. Fueron ellas: la Biblioteca Geográfica del Perú, agregada por Mariano Felipe Paz Soldán a las sobrias y acucios- reve- laciones de su Diccionario Geográfico-Estadístico del Perú (Lima, 1875), a fin de exhibir las fuentes utilizadas en su preparación; y el Estudio bibliográ- fico sobre Santa Rosa de Lima, merced al cual obtuvo Félix Cipriano Coronel- Zegarra el primer premio en el concurso literario promovido por el Ateneo de Lima (1886), al conmemorarse el tercer centenario del nacimiento de la ilu- minada doncella. En la primera efectuó Mariano Felipe Paz Soldán uno de los ensayos de ordenación que descartaría en su Biblioteca Peruana, pues adopta una sub- división por materias y en cada una crea grupos diferentes para las publica- ciones con autor expreso o conocido y para las anónimas, en tanto que más tarde habría de preferir el orden alfabético de títulos y proyectaría un índice general de autores. Pero es fácil explicarse el abandono de esa subdivisión, porque no se advierte en ella un criterio lógico, ni en la graduación ni en la afinidad de los temas que considera. Son éstos: Viajes por mar y tierra, Via- jes por ríos y estudios, Varios ramos geográficos, Límites del Perú, Bibliogra- fía seismológica; Lenguas aymara y quechua, Bibliografía de carácter general; Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.8, 1952

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