Fénix 8, 395-418

INTRODUCCION A LA BIBLIOGRAFIA PERUANA 417 y, finalmente, manuscritos. Por tanto, los "estudios" que no abordan uno de los aspectos individualizados en tal clasificación, podrán aparecer al lado de los viajes fluviales, entre los que afectan a "varios", y en el grupo de las obras generales. Y, aunque parece obvio, anotamos: que las publicaciones en lenguas indígenas, o las disertaciones acerca de ellas, no competen a la Geografía; y que los manuscritos escapan a la clasificación temática. De manera que, al refundir y aumentar las noticias de la Biblioteca Geográfica del Perú, a fin de integrar el respectivo capítulo de su obra bibliográfica definitiva, sólo conservó la contracción de los títulos a los términos indispensables para dar idea del contenido, su uniforme versión al español, y la abreviación de los datos ;es- tantes. En cuanto al Estudio Bibliográfico ( 9 ) de Félix Cipriano Coronel Ze- garra, bastaría decir que está magníficamente concebido y realizado. Ostenta una introducción histórico-crítica, muy precisa en sus términos y en adecuado estilo, y en la cual quedan justamente ubicadas las publicaciones alusivas a la santa limeña; luego incluye, por orden alfabético de títulos, una escrupulosa descripción de 276 libros y folletos, acerca de los cuales agrega las observa- ciones indispensables; y facilita la consulta mediante un índice onomástico. Su disposición clara, sus juicios mesurados, su accesibilidad, obligan a lamen- tar que otras apuntaciones semejantes del autor quedasen sin terminar y dec- pués de su muerte se extraviasen; pues, no obstante haber sido considerable- mente ampliado por otros eruditos, aquel Estudio Bibliográfico es prenda su- ficiente de las vastas empresas literarias que perecieron en agraz. Aun Ricardo Palma bordeó los campos de la bibliografía, al publicar (Lima, 1891), en su calidad de Director de la Biblioteca Nacional, el Catá- logo de loa libros que existen en el Salón América. Y, como se advirtiera ya, el propio bibliógrafo es en este caso el más íntimo y sincero conocedor de las deficiencias de su trabajo. Se adelanta a desautorizar su presentación como "catálogo", para definirlo como "un inventario o relación". Y, en verdad, se ajusta a las condiciones de tal, en tanto que solo inserta los datos mi s ele- mentales y sigue la accidental ubicación física de los libros. Pero es intere- sante recordar que se halla dividido en dos partes: la primera, consagrada a los fondos de los países americanos; y la segunda, integrada por listas de li- bros y documentos peruanos. Que en ambas figuran los heterogéneos vo'lú- menes de "papeles varios", cuya ubicación es determinada en atención a la pieza bibliográfica de mayor importancia o según una simple sucesión nume- ral. Que la filiación denota a veces inexplicable negligencia, pues, sin enun- ciar autor o título, se limita a dejar constancia de hallarse en el volumen "un poema latino", "un folleto", o una "representación al Soberano Congreso". Y que, en armonía con lo expresado por Ricardo Palma, siquiera tiene este in- ventario el mérito "de ser útil auxiliar para el trabajo" de cuantos acudieran a solicitar los servicios de la renaciente Biblioteca Nacional, así como lo fué (9).-En Concurso literario en honor do Santa Rosa de Liniín celebrado en esta ciudad en el Tercer Centenario de su naciriienfo. Lima, Imprenta de Torres Aguirre, 1856. P p . 61-133. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.8, 1952

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