Fénix 8, 462-466

nkterio Sacerdotal, y a la deuoclon del Santo Sacrificio de la Missa, sino a la enseñanza de niños, y prouecho de almas. Ministrala segunda vcz ni amor, para que V. Exc. la abrigue, y corrobore con el que siempre ha rnos- trado a las cossas que miran a culto, y devocion, mirando solo cn ella a1 ma- yor agrado de Dios nuestro Señor, utilidad de los Pobres, y acierto de nues- tro Rey, y Señor, como 10 han manifestado las obras heroicas de misericor- dia, y justicia en todos los Reynos, que ha governado (Dios N. Señor por el instrumento de V. Exc.) y en la ocasion de Armada singularmente se ha ma- nifestado a todo el mundo su liberalidad, en tcdas las necesidades, visitando en persona a los mas olvidados en las Galeras, a quienes consolo con amor de Padrr, y socorrio con dadivas de Rey, acresentando mas el caudal de su piedad con los miserables Captivos. Sublixnandose en la paga tan cresida, de quarenta, y siete mil, y mas pesos su mayor caridad, y justicia distribu- tiva; q. en la presura. y ocasion presente se tieric mas por dadiva de Rey, q. pos paga. Puntualissin~a execucion de las ordenes del mesrno Rey del cielo, dadas a su coracon compasiuo, con las de Nuestro Rt.y Natural q. dize agravavan su conciencia; por cuya causa mando con amor dc verdadexo ca- tholico se pagase luego, assi por la seguridad de eHa, como por el gran bien que podia resultar en sus vasallos, cuyo orden, y paga hccha con tanta pun- tualidad a sido muy edificativa a todos. como las demas en que V. Exc. ha mirado siempre a la conservacion de los Reynos. paz, y trax~qui'lidadde sus moradores, credito, y honra de las dos Magestades de cielo, y tierra donde ha gouernada y govierna con gusto de los que le aman y tienen sed de la Divina justicia y progresso de la Real Corona de nuestro Rey y Seiior Car- los Segundo (que Dios guarde y prospere por dilatados siglos) que con im- pulso altissimo ha prolongado el gusto de sus vasallos a costa ed (sic) la pessacla carga que ha dexado en ombros de tan fiel y Christiano principe co- mo sabe la Magestad que no puede ser engaiíada, y la voz del Pueblo (qu- es la de Dios) lo publica, y se ha declarado en el regozijo universal, qu- ha mostrado esta Ciudad leal de nuestra Lima, cabeca del Reyno Peruano, y en otra ocasion la de Mexico, que publico con amorosas lagrimas, y suspi- ros, nacidos de todos sus moradores, sintiendo estos la ausencia de un justi- ciero Padre, como V. Exc. y nosotros aora con jubilos del coracon la prolon- gacion del Govierno, por cuya causa agraviara ya a la justicia, y misericordia, si en este pequeño obsequio no le tributara rendido al q. le he hallado siem- pre tan constante en el lleno de ella, mostrando el buex1 afecto de mi pre- tencioti en esta obra para grangear con ella las aras de Proteccion de vn tan catolico Principe, que en todo me aiudara a buscar solo la honra, y gloria de N. Dios, y Señor y el prouecho de los hijos de la Iglesia, q. con este corto li- bro intento manifestar; y dezir, no con limadas palabras, y delicados concep- tos, que deleyten los oydos, y admiren los entendimientos, dexando sin jugo las voluntc,des, sino con palabras, que miren a Dios, auiuen los coracones en su amor, y enciendan 10s Espiritus en desseos de agradar, y ser agradecidos, a quien murio por dar la vida, y no vida de vestias, sino vida eterna; con sanas Doctrinas, q. muestren la verdad desnuda, y aparten de la fabulosa Ba- bilonia del Mundo, que es todo mentira y engaño. Guarde Dios la persona Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.8, 1952

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