Fénix 9, 278-351

320 FENIX Uno de éstos, Wenderson, disfrazado de lego, deambula entre la multitud y se entrevista, disimuladamente, con su amada Clarisa, dama aristocrática; ambos son interrumpidos por Tirso, novio impuesto a aquélla por su padre don Nuiío. Sobreviene un conato d s lucha entre Iss galanes, ahogada por la buliiciosa irrupción que hace el pueblo cuando llegan los marinos esperados. IvIás tarde, en Lima y ante la mansión de don Nuño, un nuevo duelo culmina con la muer- te de Tirso, huyendo H'enderson al acudir don Nuño y sus criados. Sigue la celebración de la Noche de San Juan, "en el puente del río Xímac", sucedién- dose diversos aspectos típicos -con los que toda la ópera está hábilmente animada-, pero se deja entrever que en la alegría popular escóndese el inex- tinguible rencor que los indígenas sienten hacia sus opresores españoles. Por intermedio de Mercedes, confidente de Clarisa e hija de un indio hechicero, Henderson propone a los nativos aliarse con los piratas ingleses para abolir la dominación hispana, aunque con el íntimo propósito de salvar a Clarisa, enjui- ciada por la Santa Inquisición debido al delito de amar a un hereje homicida. Ciérrase el pacto "mientras las primeras luces del alba comienzan a diseñar la silueta del templo de Pachacamac, y Mercedes y los indios cantan el viejo himno de los Incas glorificando al Sol7'. (Y ya tenían impedimento para rato con la distancia y algunos cerros interceptantes para divisar, "desde el puente del río Rímac", el Templo de Pachacarnac. . . ) Se aproxima el final de la obra con la ceremonia solemne que, ante el pueblo, cumplen los inquisidores al es- traer a Clarisa de su casa pora trasladarla al convento donde será internada perpetuamente. El aparatoso acto es interrumpido por la presencia violenta de indígenas rebeldes y piratas encubiertos, que, tras encarnizada contienda con los soldados españoles, huyen, con Henderson y Clarisa, por la puerta se- creta de un subterráneo que conduce a una playa solitaria y apropiada para salvarse, pero descubren sus perseguidores por dónde han escapado, y el Gran Inquisidor ordena que se movilicen las ruedas de una fuente, cuyas aguas, al inundar el pasaje de marras, ahogan a todos los fugitivos. Para este argumento a lo Scribe, que reclama la inspiración "meyerbec- riana", de Rogatis escribió una partitura que Gastón O. Talamón juzga "que es menos sinfónica, y más lírica" y que expone "sendos ambientes y esta- dos de alma criollo colonial-incaico, de notable carácter éste, y dramático, en una síntesis lograda con flexibilidad". 18: p. 584; 38: ps. 27-29; 44: p. 99; 45: ps. 380-83; 55: t. 1, ps. 848.49; 79: p. 124. 1936. LAS LLAMAS. Ballet. Música y trama de Raúl de Verneuil ( 190 1 - ) ; basadz la segundi en un poema del mismo. r 120 Compuesto para orquesta y fechado en París, 1936 (como creación o fin de escritura? ). Asunto de ambiente bucólico-andino, en que el "dios-pastor", empleando !a "sagrada honda", defiende a sus llamas atacadas por el Cóndor, y, al fin, triunfante, se aleja con ellas por "las cumbres de plata". 18: p. 630; 55: t. 11, pc. 1051-54; 79: p. 319. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.9, 1953

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