Fénix 9, 81-196

El propósito de Dávalos aparece declarado sin ambages desde los ver- sos primeros. Invocará, para no escapar de la tradición, a Polymnia y a Ca- líope, y las propias mujeres ("retratos vivos de la luz del cielo") serán testi- gos de su canto; esta presencia de ellas, ante quienes cumplirá su afán divut gador, quedará de relieve cuando, saliéndose de la construcción impersonal, se dirija a ellas, en invocaciones y apóstrofes frecuentes con que va Dávalos in- corporándolas al relato, para dar fuerza y validez a cuanto dice, según el viejo modelo juglaresco. Nace la Defensa por la necesidad en que Dávalos se siente de mitigar las heridas que le causa la vulgar opinión: el rústlco lenguaje (lengua de pue- blo vil, incapaz, "parlero, mentiroso") es el verdadero incitador del canto. Se admira de que Platón, "un tan verdadero filosopho" (es decir, tan apegado a la verdad), el "mas famoso" de todos, vea en las mujeres defectos, como los veía Séneca. No importa para Dávalos la cronología; ya citará en otro lugar a Empédocles como posterior a Aristóteles y Platón. Esta cita de los filóso- fos a propósito del tema, es tópica; si buscáramos un único ejemplo podría proporcionárnoslo la Repefición de amores de Lucena, el primero en s e ~u i r ad peddem lifterae a Juvenal (RFH, 111, 229): hallamos ahí la mención d r Aristóteles sobre que "la muger es hombre imperfecto", tomada del De ani- malibus. Contra los filósofos iniciará, pues, la Defensa. Por armas: la razón (que servirá de escudo) y la verdad (que tal como se ofrece, es casi la elo- cuencia). Después de la invocación a Minerva, Dávalos anuncia el plan; ha de exponer en primer término los defectos, y él los enumera extrayéndolos de cuanto han dicho Séneca, Pitágoras y Platón. No busca más objetivo que el de ver disculpadas (sin culpa) a las mujeres, pues no las considera dignas de cuantas culpas se les achaca. Por eso anuncia que cantará hazañas olvidadas. Su intención es recordar; recordar, con propósito didáctico. No necesita en la empresa sino atención. Es decir, lo suyo es relato histórico. Comenzará por el principio, como corresponde a la historia, pero también como es de ri- gor a quien va a defender la tesis de que la mujer es digna de respeto por ser hechura divina. La primera mención será entonces la de Adán. Por Adár, comienza también el Discurso en loor de la poesía su intento de mostrar el ori- gen divino de la poesía. La mujer está hecha del varón, y es fuerte; por ende, todas las culpas que pudieran achacársele, resultan en ella siempre accidenta- les (Estancia 2 l). Lo dice la historia y lo ratifica la experiencia (24). Como vemos, se encamina la obra a una intención histórica. Historia. Historia es, por ejemplo, la de la reina Dido; no menos famosa que la ''antigua historia" de P,enélope, valerosa y casta. Historia también la de Anaxarte (32). Y a manera de relato histórico se cuenta la historia de Camma y su fidelidad a Sinato, así como los hechos que protagonizan Resinalda, Paulina y Nerón ("El caso fue que Nero. . ."). El mismo recuerdo de Hipermestra, con acotacio- nes intercaladas para reproducir lo que pensó y dijo, sirven para mantener el clima de noticia histórica (58-60). El largo relato de Cesárea reúne cuanto a una historia se hace necesario. Hisforia escrita, o recogida por la tradición, es la llana y verdadera que de Teresa Hispana se canta en la estancia 84. Y Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.9, 1953

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