Fénix 9, 81-196

pues fauorescen el pertido nucsfl-O, que en su poca razón, y cortos arias ay sentimiento de los muchos daños. Tan poderosa impresión produjo esta actitud de Alexandra, que el pueblo ayrado dexando atras Ia colera y razones y la justicia, de que estava armado por fin y paz de todas dissensiones luego al mejor por Principe ha jurado. (II,2ú cclide) Dávalos se pregunta: ~Viósealguna vez persona de tan consurn~adovalor?, y aclara seguidamente que fué la constancia el arma que dió a Alexandra la victoria : en quien se conosció tanta clemencia, y sufrimiento, de constancia armado? ( I I , 2 7 de) Cuando recuerda a los reyes troyanos, Dávalos admite que a Hécuba la hicieran presto famosa "los belicosos griegos" (11, 29 cch), y la exalta como profeta de la derrota al ver entrar en Troya '"que1 Vestiglo fuerte", aconteci- miento que provoca su imprecación: Cayga el cauallo desde la muralla y dé en las peñas, y en el mar sin suelo; y escusareis la mas fiera batalla, que cobra más efectivo tono en la siguiente estancia: No lloro yo, temiendo que é de verme rendida y presa, a muerte condenada; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . mi patria lloro, donde obedescerme a todos veo, como a Infanta amada; cuya gente, será presto perdida, destro~ada,deshecha; y consurpida. Los siguientes versos están dedicados a recordar cómo no bastó el consejo de Casandro para atemperar el ánimo de los griegos, que opusieron la fuerca y el furor sanguino;ento (II,34 ch) Dávalos lo explica con una reflexión: pocas veces como ésta nace en los va- rones "mas fuego y armas, guerra, y dissensiones" (11, 34 g), y lo remata con una exclamación destinada a oponer a los hechos que viene narrando la acu- sación de sediciosas que recae sobre las mujeres: Como intentára reparar tal daño quie~npropiamente sediciosa fuera? o como se ofendiera del engaño tratando de la Griega gente fiera? Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.9, 1953

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx