Fénix 9, 81-196

84 FEMIX gías (63-67); el caso de la hija de Aulo Lucio (68-70); la justa fama de Sofo- nisba (71-74); la constancia y la fe de Cesárea (75-83); la virtud tan perfecta de Teresa Hispana (84-92), y el recuerdo, ya fuera del tiempo, de la diosa Vesta (93-95), al que se sigue la mención reticente de las "esclarescidas" y acreditadas mujeres de "nuestros tiempos" (96). Sigue un apóstrofe: "Daña- dos pechos. .." (97) y el anuqcio, ya empleado en la Miscelánea, de lo que ha de decirse en el canto que sigue: pues su mucho valor siempre fue, quanfo prouar espero en el segundo canto (1, 98 f g ) E l segundo Canto trata de combatir la acusación que a las mujeres se hace de altivas, profanas y sediciosas. Las cuatro primeras estancias las ocupa en reflexionar sobre la soberbia que se empeña en ofender a los justo^; se siguen los socorridos apóstrofes y la advertencia de que De fierno pecho, y coracon humano iamas procede sedicion con yra Que pues b~nignidaden ellas mana, muy sin razon las llamas sediciosas, y si alguna por dicha fue profana, son las demas affahles y amorosas: (1, 6 abcch) Lo documenta en seguida con la historia de Electra, inventora del primer bien (8-11); el largo relato de la aventura de las Sabinas (12-19); el valor de Alexan- dra (20-28); la bondad de Casandra, cuya historia insume varias estancias (29- 42), a lo que se siguen tres estancias destinadas a reflexjonar cómo los escrito- res son en parte culpables de que muchos de estos hechos femeninos se ignoren: aunque por culpa de los escriptorrs son sepultados en eterno olujdo (11, 43 cch) y a introducirse ("mudo historia") en la segunda parte, que buscará disculpar a las mujeres de la acusacióri de altivas y profanas. Aparecen ahora la his- toria de Griselda, de tan larga tradición. en este género de documentos profe- ministas (46-51); el ejemplo de Basti (53-56); el caso de la bella Helena (57- 58); la historia de Cintia, bebida en Ovidio (59-62), que casi favorece un in- tento de digresión, para terminar con la historia de Campaspe (64-73), nue- vamente con el anuncio que sirve de enlace para el nuevo canto: y assi concluyo; por que a lnueua hisforia corre la voz, la pluma, y la memoria (11, 73 fg) Contra quienes acusan de parlera y de liviana a la mujer va redactado el Canto tercero de la Defensa. Las estancias primeras (1-3) ocupan la re- flexión (la empresa es dificultosa, y lo es más cuanto más se estima "el pecho que la emprende"), y el velado recuerdo de Cilena: Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.9, 1953

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