Fénix 9, 81-196

Cuando DávaJos habla de Dido, habla de Bido la fundadora. Es de- cir, la Dido histórica ("Historia es cierta, que la Reyna Dido") en cuyo re- c ~ e r d o se vuelve a apartar Dávalos de ISoccaccio, pues si bien en ambos re- latos se alude a la viudez de la reina, en la Defensa se reemplaza la hoguera final por "la muerte con sus proprias manos", con lo que estamos frente a otra fuente, como se explicará más adelante. De Tamiris habla el libro De las ilusfres mujeres en el cap. XLVII; cuéntase ahí la invasión de los scitas por los ejércitos de Ciro, la estratagema de éste para vencer al hijo de Tamiris, la venganza de ella, con la derrota de los persas y el degollainiento del invasor. Dávalos suprimirá lo anecdó- tico y no hablará, por ende, de la estratagema del rey, ni aún de la embos- cada preparada por Tomiris para vencer a Ciro. Y reemplazará la escena de Boccaccio en que la vencedora corta la cabeza al cadáver del vencido y la coloca en un odre lleno de sangre vertida por sus huestes, con la proclama de que así quedará satisfecha la sed de sangre del tirano, con este otro motivo: Y no contenta de tan gran estrago, mandó que echassen el csúdver yerto en sangre hurnama, doncie estava un lago, de que pucdo quedar todo cubierto: (IV, 23 abcch) Coinciden en mucho las versiones sobre Clelia en Boccaccio y en Dá- vaios, como que las dos parecen mirar a las Décadas de Tito Livio. Así, leemos ea uno (cap. L): medrosos los romanos ante la arremetida de Porsena" entregan rehenes: ". . .acaecií> que con otras clonzellas muchas fue dada en reheces CIoelia virgen: a ía qual: como pareciesse quiza men- gua de la republica: estar en poder de vn rey estrangero tan- fas rlonzelias armo su virgiz~a.!corazon: de una osadia viril. e (engañadas las guardas) como hoviesse sacado r n~cha sa la orilla del tiber de noche subio en vn cauallo: que nunca aln- tes quirca hauia caualgaclo: que osfaua pasciendo cabe el rio- e no espantadose dela tondura de1 rio o de las ondas: y bue l tas de da agua passo las todas saluas e sin daño a la otra parte del ric: e restituyolas a los suyo+' (fol. 48 vto. a) y en la Defensa: y para inuocar todos a Marte, se dan rehenes de vna y otra parte Dio Roma a Clelia, virgen valerosa, acompañada de otras seis donzellas, como prenda charissinla y preciosa, Y para remediar futuro engaño, en su pureza algun inconuenienfe, . . . . . . . . . . . . . . . . juntas sus damas pinta el desengaño de aquel peligro, ya tan euidenfe; mansa es fortuna con el animoso, (les dize), mas couarde al temeroso Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.9, 1953

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