Fénix 9, 81-196

170 FENIX 105 Esta Epicáris menos alterada que si el decreto en cuerpo ageno fuera pues que no teme verse atorínentada, aunque eil el trance riguroso muera: con mansa ;oz le dize reportada; 110 no te aceleres con passion tan fiera, pur que en el pecho que firmeza offresce el couarde temor no permanesce. 15 fol. 32 vto.: Con esto el Rey quedo mas indignado, de colera furor, y saña lleno, 115 tan confuso, corrido, y adulterado, que el corafon le pide mayor seno; luego que todo estuuo aparejado, como encendido de mortal veneno la dama puso el perfido tormento, 120 mostrando en su rigor, su descontento. Que spiritu infernal, o que Megera tal sin razon vuiera cometido? o quien contra virtud en tal manera vsára de rigor tan encendido? 125 ella se muestra en su vigor entera, pues la lengua modesta no a mouido; que en tiempos tales calla el mas va- [liente, y el flaco quiere ser docto y eloquente Este tormento, y otros muchos fueron 130 en su cuerpo con yra executados, y con toda su fuerca no pudieron sacar el fruto, por que fueron dados: y como los verdugos conoscieron su mucho esfuerzo, ya desafuziados 135 de conseguir la pretension de Nero, cessó del todo su rigor seuero. 18 fol. 33 r.: Quien tal valor, constancia, o quien se- Fcreto contra tanto poder a conseruado? o qual varon a sido tan perfecto, 140 que iriumpho semejante aya ganado? quien con callar a hecho tal efecto de los hombres: que el mundo a cele- [brado, como Epicáris, aunque en triste oluido estaua con su nombre obscurescido. 145 Mas quien espera de virtud la summa, con breuedad verá sereno el cielo, que lueso mostrará mi inculta pluma vn raro estremo con su corto buelo; pues no sera razoil que se consuma 150 en la t;sieb:a, quien illlustra el suelo como lo hizo la inmortal Leona, cuyo secreto merescio corona. Dentro de Athenas vuo dos tiranos sanguinolentos fieros, sediciosos, 155 y con esta opression los ciudadanos todos estauan tristes y llorosos; procurauan remedio por sus manos los que se estiman ser mas valerosos; diziendo, cesse tan enorme engaño, 160 que quien sufre la causa, causa el daño. 2 1 fol. 33 vto.: Y assi juraron de les dar la muerte con juramento, que obligar deuiera: trazan el qual-ido, como, y de que suerte pudiessen darles 13 batalla fiera; 165 cada qual quiere con su brazo fuerte ser cl primero en leuantar vandera, y er. rbatir la de ellos leuantada, por quien es la ciudad tiranizada. Y como nunca el hecho mas honroso 170 carescio de rnordazes detractores i al mas horrendo, injusto y mas dañoso le faltaron amigos defensores; algunos destos, flaco o cobdicioso, acusó a los de Athenas de traydores 175 ante aquellos pestiferos tiranos, con que se muestran fieros, inhumanos. Diziendo (Reyes,) vuestra gran justicia, (aunque de voluntad,) me ha compelido a descubrir la clara inimicicia, 180 que el pueblo os tiene, y siempre os [ha tenido, y á tanto estremo llega su malicia, que a daros muerte junto está y vnido procurad el remedio, si os parcsce, que lo duro, con duro se enternesce. 2 4 fol. 34 r.: 185 Y pues quien halla el mal, está obligado a dar remedio prouechoso y cierto, para atajar el daño comenzado, y que del todo quede descubierto: conuiene con rigor de pecho osado, 190 sin orden, sin piedad, y sin concierto, atormentar los mozos mas valientes a mugeres, a viejos, y a innocentes. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.9, 1953

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