Primer Congreso Constituyente

146 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE comisión, y tras ella venía el Dictador; se nombró otra comisión com– puesta de seis señores que salieron a recibirlo, y lo introdujeron en el salon de sesiones. El Presidente de la Comisión, señor Pedemonte (Don Carlos), pu– so en consideración del Congreso, que al anunciar al Libertador se ha– llaba este ya reunido, le manifestó tambien su gratitud y reconoci– miento; por que a su pericia militar, bien combinados planes, y opi– nión, debía el Perú libertad, patria y leyes. Que cada una de estas cosas o todas juntas al momento que se minorase en la más pequefia parte la plenitud de su poder, era perdido, y expuesto el Perú a la más terrible anarquía, a que lo reducirían los aspirantes al mando. Que por este fundado principio, despues de anunciar al Libertador que el Congreso había resuelto continuase en el ejercicio de las faculta– des dictatoriales mientras en sesión permanente deliberaba sobre la ma– teria, le aseguró que los representantes de la nación unanimemente estaban poseídos de iguales ideas, y que su gratitud manifestada en el semblante de cada uno le obligaba á prever no vacilarían un instante en continuarle con el mando dictatorial que le confirió el año pasado en este mismo día. Bajo de este concepto había con– cluído suplicando al Libertador a nombre de la representación nacio– nal, que en tal caso se dignase aceptarlo, pues no de otro modo se vería libre esta ciudad de los males que ha sufrido, y que no pue– den ser mayores. Además instruyó de la contestación del Libertador, diciendo foe la mas enérgica y convincente de los generosos sentimientos de que se halla animado para proporcionar al Perú su más completa felicidad. Tambien hizo ver, que ninguno estaría más penetrado de la terrible investidura del mando dictatorial y que el mismo siendo el más exal– tado patriota americano, lo había visto en el verdadero punto de ho– rror, y que de ninguna manera convendda en la continuación de este ilimitado poder que se le había confiado, y agradeció al admitirlo en Febrero del año pasado, porque conoció y sabía que en las circunstan· cias. en que se veía el Perú, en poder de una mano fuerte era el único que podía salvarlo. Pero hoy no era honroso al Perú depositar el mando en un extranjero, que siendo Presidente de Colombia, no podía bilocarse. Esta indicación dijo el Sr. Pedemonte (Don Carlos), que al retirarse la c?misión, le obligó á hacer la siguiente exclamación: ¡Desgraciado Perú, s1 el Héroe Simón Bolívar te abandona! El Congreso lo oyó con agrado. ~n seguida entró el Libertador en el salón, y habiendo ocupado el asiento que le correspondía, dió a los señores Secretarios el l\lcn· saje en que se describe el orden de la administración, y cuanto hi· zo e~ ~¡ tiempo de la dictadura, el que se mandó leer en la for– ma s1gmcnte:

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