Primer Congreso Constituyente

20 PRIMER CONGRESO CONSTITUYENTE Se dió cuenta de haber contestado el mismo Supremo Jefe que en virtud de la nota oficial que con fecha once del presente se le había dirijido de orden del Soberano Congreso, había expedido la orden correspondiente para que fuesen puestos en libertad el Padre Fray José Lasarte y Don Joaquin de San Martín, á quienes el So– berano Congreso había indultado de toda la pena á que fueron con– denados, siempre que dicho indulto no contrariase en modo alguno la seguridad y tranquilidad pública. El Señor Presidente exigió se resolviese inmediatamente sobre el modo con que debían ser recibidos los Señores Diputados confinados, y despues de un lijero debate que se sucitó sobre el particular se acordó, el que se oficiase al supremo Jefe del Estado, á fin de que se sirviese asistir en la mañana de hoy á la sala de sesiones de donde deberá salir una comision compuesta de individuos del Sobe– rano Congreso, para conducir desde la casa del Señor Presidente, don– de deberán estar reunidos, á los señores Diputados y poniendolos en posesion de las sillas de donde violentamente los arrancó el poder del tirano intruso de Trujillo recibiesen del augusto cuerpo de que dependen por voluntad expresa de los pueblos que representan un testimonio nada equívoco de la consideracion que le merecen tan heroycos sacrificios. El Señor Presidente nombró para la referida co– mision á los señores Rodríguez, Bedoya, Tafur y Tenorio. Con este motivo se acordó igualmente el que se destinasen los asientos de la segunda varandilla de uno y otro lado comprehendi– dos entre la tribuna y el solio para que los personajes de alto ran– go, políticos y militares los ocupen siempre que quieran concurrir á las sesiones ó con algun otro motivo particular. Se levantó la sesión públi– ca y quedó el Congreso en secreta. Justo Figuerola Presidente SESION DEL DIA 14 DE AGOSTO Leida y aprobada el acta anterior, se presentó el Supremo Jefe Militar y Politico, e inmediatamente se mandó por el Presidente fue– sen introducidos los siete Señores Diputados que tan vil y tiranica– mente fueron presos en la ciudad de Trujillo, y que desde la casa del Supremo Jefe habían sido conducidos en medio de la mayor pompa y aparato, anunciandose su llegada con los tiros de la arti-

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