La expedición libertadora

92 ral San Martín podría tal vez acordar un movimiento parcial con la fuerza parcial que le va en su socorro por la provincia de Coquimbo, el comandante de ella llevará prevención de ob- 5ervar estrictamente las órdenes de aquel jefe luego que se halle en marcha, y al intento hará V.E. volar un aviso al general San Martín designádole el día fijo de la salida de la tropa y su itinerario. Entretanto manda S. E. expida V. E. órdenes al gobernador intendente y comandante general de Ja provincia de Salta para que replegando las divisiones á su centro, no aventure sobre la vanguardia acción general sino es con certeza moral de la vic– toria, evitando el que un suceso adverso desconcierte el plan de defensiva impenetrable que debe proponerse mientras que avan za sobre Chile, sin perjuicio de fomentar la guerra de partidas y flanquer al enemigo en todas direcciones con guerrillas de fácil movilidad, conservando con ellas la línea de comunicación y combinando sus operaciones concéntricas en todo caso que fuese necesario. En los meses sucesivos y para que a su tiempo se encuentre reemplazada en ese ejército la fuerza que se disminuye á virtud de esta orden, esforzará V. E. su disposición de modo que la recluta se haga por cuantos arbitrios le sugiera su celo, recla– mando del gobierno supremo ios auxilios que le sean precisos 'I dando cuenta del cumplimiento de esta resolución por extraor– dinario». Y de orden de S. E. tengo el honor de trascribirlo á V. E. para su conocimiento á fin de que en el acto de recibirlo tome !as disposiciones convenientes para que estén prontas las ca– balgaduras y víveres en la ruta que deben traer, que deberá ser de la Rioja á San Juan. Dios guarde a V. E. muchos años. Buenos Aires, 18 de noviembre de 1816. Juan Florencio Terrada. DASM.-IV .- 325/27

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