La expedición libertadora

91 OFICIO DEL MINISTRO DE GUERRA DEL GOBIERNO DE BUENOS AIRES A SAN MARTIN, INFORMANDOLE QUE EL GOBIERNO HA DISPUESTO QUE 500 HOMBRES DEL EJERCITO DEL ALTO PERU PASEN A ENGROSAR LAS FILAS DEL EJERCITO DE LOS ANDES. (52) Excelentísimo señor capitán general don José de San Martín. Con fecha 16 del corriente se dirigió por este ministerio al excelentísimo señor capitán general don Manuel Belgrano de posta a posta, el oficio cuyo tenor es el siguiente: uEl director supremo del Estado teniendo en cuenta que se aproxima la estación de las lluvias en el Alto Perú y por consi– guiente la dificultad de que el enemigo cargue de frente sobre la provincia de Salta hasta el siguiente otoño, al paso que la expedición sobre Chile debe emprenderse á fines del mes inme– diato ó en todo enero, ha resuelto S.E. que para dar á est::i campaña la posible seguridad y una imponencia que inspire con· fianza y resolución á los habitantes de aquel reino disponga V. E. en el acto de recibir esta orden, se preparen 500 hombres de infantería de las mejores tropas del ejército del mando de V. E. y marchar sin demora con un jefe de confianza á la cabe– za á incorporarse al de los Andes á las órdenes del capitán ge. neral don José de San Martín, allanando con su distinguida efi– cacia cualquier embarazo capaz de entorpecer ó retardar sus marchas, á cuyo objeto queda V.E. autorizado á librar contra esta tesorería general el dinero que fuera necesario para su trans– porte. Como en el parque general de Mendoza existe armamento so– brante en número considerable quiere S. E. que la expresada guarnición de 500 hombres lleve consigo sólo 100 fusiles y to– dos sus correajes, instruyendo al jefe que le mande no sólo de la rigurosa disciplina que debe guardar para evitar la deserción sino de la importancia de este servicio á que está unida la glo– ria de triunfar de un golpe sobre los enemigos de Ja patria en un país que clama por el auxilio de sus libertades. Con este motivo encarga S. E. que la fuerza que destine al ejército de los Andes sea precisamente de soldados blancos, res– pecto á no conseguir el aumento en él de los de castas, cuya clase compone la mayor parte de su infantería y cómo el gene-