La expedición libertadora

152 á usted, mi buen amigo, que esto me ha puesto en un grave te– mor de una resulta desgraciada. Sabemos que el enemigo tiene una cuarta parte más de fuerza y que debe tenerla más disci– plinada que la nuestra, porque ha tenido más tiempo de prepa· 1 arse; y aunque nos han escrito tantas veces, que aquellas tro– pas están dispuestas á nuestro favor, debemos también saber que el soldado se hace por subordinación y miedo; y no debe– mos contar con ésto para nuestra empresa. Usted me dice que me envía un cúmulo de comunicaciones, y no ha venido otra cosa que Gacetas de Chile: sin duda fué un olvido que he sentido, porque hubiera deseado ver algo que tranquilizase ó minorase mis cuidados. Me auncia usted que para el 10 de este mes estará decidida la suerte de Chile, y por más que yo me las prometa felices, no puedo dar tan poco tiempo á una empresa que debe ser prece– dida de precauciones infinitas por el enemigo. ¡Ojalá sea usted oído por nuestra madre y señora de Mercedes! Esta noche se volverá a tratar sobre el secretario de confian- 7a que usted pide: anoche hubo impedimentos para esta reso– lución, porque no se pudieron juntar los antecedentes. Yo no he visto en secretaría la propuesta de oficio para la propiedad de sargento mayor en Alvarez: si no ha venido por l::t inspección, remítala usted para librarle el despacho. Si to– dos los que tienen charreteras las mereciesen como éste, sería mejor nuestro estado y mayor nuestra confianza. Bien puede usted decir que no se ha visto en nuestro Estado un ejército más surtido de todo; pero tampoco se ha visto un clirector que tenga igual confianza en un general; debiéndose agregar que tampoco ha habido un general que la merezca más que usted. A pesar de todo, yo veo que le faltan á usted mil buenos soldados más, para que yo estuviera en más quietud. Dentro de una hora saldrá para ese el coronel general Belli– na con varios oficiales franceses : van locos de contento, y yo quisiera que llegasen á tiempo de acreditarse, porque Jos veo cmpeñadísimos en ganar opinión. El coronel me parece á pro· pósito para mandar un buen trozo de caballería: habla bien el castellano. Hoy debe usted estar bien avanzado en la cordillera con ocho días de camino, según su carta del 24. Para asegurarme de tocia responsabilidad ulterior en el in– tento de usted de alejar á los Carrera, será de suma importan– cia que usted acumule materiales y me los remita, en términos que justifiquen mi conducta. Sin ésto no podré tomar una me-

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