La expedición libertadora

191 OFICIO DE SAN MARTIN AL DIRECTOR SUPREMO DE LAS PROVINCIAS UNIDAS COMUNICANDOLE EL TRIUNFO DE CHACABUCO (112 ) El Excmo. señor Capitán General y en Jefe del Ejército de los Andes, don José de San Martín, dice al Excmo. señor Director Supremo de la Nación del Río de la Plata lo siguiente: Excmo. señor: La serie de sucesos que instantáneamente han ido sucedién– dose desde el momento que abrimos la campaña, no me han permi– tido hasta ahora dar a V. E. un pormenor circunstanciado de los acontecimientos más notables de estos últimos días. En el parte histórico pasado por el Estado Mayor el 20 del anterior y que elevé al conocimiento de V. E., se detallaba ya el orden con que las tropas marchaban, y las medidas tomadas para facilitar nuestra empresa. Con efecto, se consiguió que el ejército se reuniese el 28, y llegase en el mejor pie a los Manantiales sobre el camino de los Patos; desde cuyo punto traté ya de dirigir y com– binar los movimientos de modo que pudiesen asegurarme el paso de las cuatro Cordilleras, y romper los obstáculos que el enemigo podría oponerme en los desfiladeros que presentan los cajones por donde trataba de penetrar. Se formaron desde luego dos divi– siones en la primera que debía marchar a vanguardia, puse a car– go del señor Brigadier don Miguel Soler: la componían el batallón núm. 1 de Cazadores; las compañías de Granaderos y Cazadores del 7 y 8; mi escolta, los escuadrones 3? y 4? de Granaderos a ca– ballo y cinco piezas de Artillería de montaña; la segunda, forma– da de los batallones 7 y 8 y dos piezas, bajo la conducta del Sr. Brigadier don Bernardo O'Higgins; el Coronel Zapiola con los escuadrones l? y 2? y el Comandante de Artillería con algunos artilleros y los trabajadores de maestranza seguían inmediatamen– te después. Al mismo tiempo dispuse que el Mayor de Ingenieros don Antonio Arcos .se dirigiese con 200 hombres por nuestra iz– quierda, penetrara por el bosque de Valle Hermoso, cayese sobr e el ciénaga, donde se presumía había una guardia enemiga; y fi– nalmente que, repechando sobre la cumbre del Cuzco, y dejando a su retaguardia las Cordilleras de Piuquenes y Portillo, franquease

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