La expedición libertadora

192 estos pasos, marchase en seguida sobre las Achupallas, procurase tomar este punto, que es Ja garganta del Valle, y ponerlo en esta– do de defensa, para poder con seguridad reunir el ejército y desem– bocar en Putaendo. El 5 tuve ya aviso del General de la Vanguardia que este Oficial había entrado a las Achupallas el 4 por la tarde; que el Coman– dante Militar de San Felipe con 100 y más hom]Jres, y la Milicia que pudo reunir, vino a atacarle; pero que fueron rechazados y perseguidos con 25 Granaderos a caballo al mando del bravo te– niente La Valle, a punto que en la misma noche y mañana siguien– te abandonaron todo Putaendo y la Villa de San Felipe, dejando equipajes, caballos y cuanto tenían. El señor General Soler se adelantó rápidamente con mi escol– ta, y los escuadrones 3? y 4?; hace forzar la marcha de la infantería y el 6 consigue montar Ja Artillería, y reunir todos los cuerpos de su Vanguardia sobre Putaendo: dispone que el Comandante Neco– chea sitúe con 80 hombres de la escolta y 30 de su escuadrón sobre las Coimas; ordena al Comandante Melián de ocupar con dos com– pañías de Infantería y el resto de los escuadrones 3? y 4? el Pue– blecillo de San Antonio. En el mismo día forma un Campo de Marte, y establece un Cuartel General con las demás tropas de su división en San Andrés del Tártaro. El enemigo recibió refuerzos considerables el 6 por la tarde. En la misma noche pasó el Río Aconcagua: y al romper el alba del día 7 se presentó al frente del Comandante Necochea con 400 ca– ballos, y sobre 300 infantes y dos piezas a su retaguardia. Este valiente oficial no vaciló un instante. Mandó retirar sus avanzadas hasta ver al enemigo a media cuadra, no dispara un solo tiro. En– carga la derecha al capitán don Manuel Soler, y la izquierda al ayudante don Angel Pacheco. Manda poner sable en mano: los cargan con la mayor bizarría; los baten completamente. Dejan so– bre 300 muertos en el campo, toman 4 prisioneros heridos y los persiguen acuchillándolos hasta el cerro de las Coimas, donde los protege su Infantería. En la misma mañana antes de las 9 aban– donan precipitadamente su posición y San Felipe, y repasan al otro lado del río. Entre tanto el coronel Las Heras, que con su batallón Núm. 11, 80 Granaderos a caballo y dos piezas de montaña, debía caer sobre Santa Rosa por el camino de Uspailata, obtenía sucesos igualmen– te brillantes y ventajosos que los que había conseguido la Vanguar– dia del Ejército. El 4 por la tarde atacó su Segundo, el mayor don

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