La expedición libertadora

197 ñarle yo también que lo somos más que él. No olvide usted decirme de oficio quiénes son los oficiales que más se han distinguido y todos los que usted considere dignos de premio, expresando el que usted gradúe, ya sea en grados, empleos, escudos, etc. Luego que ilegue Escalada, irá el grado de brigadier general pa– ra el restaurador de Chile. Son muy lisonjeras las noticias de la América del oeste: pa– rece que van los patriotas dando fin del sargento Morillo y de todo su ejército. Es ya opinión general en España que no se puede sostener la guerra contra las Américas y que es preciso negociar con ellas. Pa– ra ésto han escrito á los ministerios de Inglaterra y de Francia, ofreciendo el comercio libre á los americanos y otras varias gra– cias si reconocen á Fernando, é incitándolos á que tomen parte en la mediación; pero la contestación de los dos gobiernos ha sido, que creen que ya es tarde toda mediación bajo tales bases. Ellos se ven ya apurados y no será extraño que de repente venga algún emisario: yo diré lo mismo que ingleses y franceses: ya es tarde. De Artigas nada se sabe, sino que estaba en el Hervidero ha– ciendo nuevas reuniones, para hacer sin duda nuevos sacrificios. Me estoy entendiendo con Frutos Rivera. Adiós, compañero y amigo mío; repito á usted que se cuide mu– cho para corresponder hasta que sea viejo á la íntima amistad que lo profesa su Juan Martín. Descuide usted sobre los Carrera, que no irán á Chile por más que hagan. ¿Quiere usted creer que no han venido a felicitarme por motivo tan plausible para ellos mismos? Son el demonio. Remedios está buena. DASM.-IV.- 463/ 65.

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