La expedición libertadora

211 otro en que apoyaba su derecha el enemigo (posición tan supe– rior que si la hubieran tomado Jos Godos se habría visto en tra– bajos nuestra infantería): él se dirigió por el frente con la prime– ra del tercero hasta cien pasos que un sanjón profundo le impi– dió avanzar, el movimiento fue bastante para que el destacamento citado desalojase el lugar, y replegándose sobre su linea formase toda ella en colurr.nas cerradas particulares, jugando con actividad d9S piezas de artillería que hasta entonces no habían tirado un solo cañonazo. En estas circunstancias se presentó el subteniente del N. 1 de Cazadores D. Francisco Corro con 16 hombres: al poco rato ei teniente Zorrillo del mismo cuerpo con igual número, y el subte– niente Ricabarri del N. 7, con 20. Ya era preciso que obrasen nues– tros Cazadores y dió la voz el teniente coronel para volver caras despejando el campo e incorporarnos a el primer esquadron y un piquete de la escolta que cubrían la retaguardia con el Corone: Zapiola. A esta maniobra se refiere el General Soler quando dice que fue rechazado. Nosotros nos abandonamos al juicio imparcial de todo militar, mientras el padece un engaño ·notable, sin duda por– que cuando así nos moviamos, aun estaba su vanguardia metida entre los cerros y estos le privaban vernos como lo confiesa. Los enemigos creyendo que con tan corto número de infan– tería no podriamos mantenernos en aquel punto, procuraron nue– vamente ocupar el cerrito que habian desamparado con doble fuerza. El General O' Higgins llegó con su columna, y en el ins– te se rompio un vivo fuego y sostenido. Los enemigos en columna mal formada o pelotones quisieron avanzar por nuestra izquierda; pero el señor General en Gefe conoció la ocasión de acabarlos: vino precipitadamente y puesto a la cabeza de los esquadrones nos mandó cargar, siendo los resultados tan felices como se ha visto, El regimiento de Granaderos a Caballo tiene el honor de que nunca ha sido rechazado, y de haber cubierto de laureles a la Patria quantas ocasiones ha podido cortarselos con el sable, es decir siempre que ha peleado. No es esta una presunción vana, son inútiles las palabras quando hablan las acciones, y lo publican nuestros mismos enemigos aterrados ...... Quartel General en Santiago de Chile, 30 de julio de 1817 ...... José Melian . . . . . . Nicasio Ramallo, Sargento mayor ...... Por los Capitanes, Gregorio Urbano Millan ..... . Por los Tenientes, Carlos Bouness .... Por los Alfereces, Isidoro Suarez. DHLGSM.-VI.-7476

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