La expedición libertadora

231 las primeras comunicaciones de Ordóñez, en que reclamaba mi am– paro, me obligaron a pensar y llevar a cabo, a expensas de grandes sacrificios, la formación de este respetable cuerpo de tropas, que lleva a sus órdenes el señor Ossorio como Comandante General del Ejército de operaciones de Chile, y éste en fin debe tenerlas muy presentes para que 'sean otros tantos estímulos que agiten su cono– cidad actividad, esfuerzos y vigilancia al logro de la empresa, y las proclamas más enérgicas que exciten el entusiasmo del oficial y soldado y provoquen la ayuda de todos los amantes de la justa causa. 2. En consecuencia de mis primitivas ideas, al mismo tiempo que he ido enviando al digno Intendente de Concepción los auxilios referidos, así como cinco buques de la Marina real para que coad– yuven a la defensa de aquel punto y pongan en un riguroso bloqueo los puertos de Chile, le he prevenido se mantenga firme hasta el último conflicto, en el ínterin que llega el ejército que ya le tengo anunciado. 3. Las últimas noticias oficales de Talcahuano alcanzan hasta el 9 de octubre, y son dadas por el capitán de navío don Tomás Blanco Cabrera, comandante de la fragata de guerra Venganza, y por el alfé– rez de la misma clase don Carlos María Postigo, que vino con la co– rrespondencia en la Montezuma y llegó al CaHao el 22 de octubre Consta por ella que nuestra fuerza en Talcahuano era de 1.700 hombres de tropa, incusos 150 enfermos; que tenían víveres de tri– go para tres meses y de los otros renglones para mas de mes y me– dio; y entraban diariamente de la costa algunos socorros de hari– nas, papas, y frijoles, cerdos y vacas muertas; que nuestra línea o garganta de la Península estaba defendida por ocho baterías y como 70 cañones con su foso y estacada; además de hallarse en el Puerto las corbetas Veloz y Sebastiana, y haciendo un servicio útil a los dos costados de aquélla cuatro cañoneras con otras dos más que esta– ban habilitándose. En fin, que dichas fuerzas marítimas tenían también víveres para tres meses; y como el 20 de octubre, es decir, dos días antes de llegar al Callao la Montezuma, salieron para Talcahuano los ber– gantines Pezue:a y Potrillo con la fragata Palafox, llevando víveres para dos meses a dos mil hombres y para cuatro a las fuerzas de mar, y han debido llegar estos auxilios por un cálculo prudente seis u ocho días a dicho puerto; resulta que el ejército de tierra y la división marítima se hallan abastecidos de subsistencias hasta el mes próximo de febrero; y respecto a que desde su principio me aseguró en su correspondencia el Gobernador Ordóñez, que con ta– los recursos y 'la poca pericia de los rebeldes era inexpugnable

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