La expedición libertadora

389 (220) Santiago, S de abril de 1819. Señor don José de San Martút. Mi amigo amado: Dije a usted en una de mis anteriores (con concepto a que el ejército pasase a esa banda) que Formas el que está agregado a la artillería de los Andes y su hijo del número 11 podrían pasar al ejér– cito de Chile, pero muy breve he tenido que arrepentirme, por mi espionaje que hoy es vigilantísimo y en momentos que se le iba a nombrar Teniente Gobernador de San Fernando, he descubierto que el tal Formas se ha producido formalmente en contra del Gobierno; él ha sido siempre revolucionario y no me es extraño; hago a usted esta prevención por si puede'emtar torne lugar su Pª*· Los anarquis– tas no dejan de trabajar, pero ellos verán muy luego su ruína. Fran– cisco de Paula Prieto está aquí dentro de la ciudad y hay esperanzas se dé con él; el otro hermano José anda por Talca con 40 granade– ros desertores; el 31 del pasado en la noche saqueó con dicha parti– da a don Juan de Albano en la hacienda de Quechereguas e iba si– guiendo 260 caballos que se llevan para auxilio de Freire; pero no será facil cosiga su intento, porque dichos caballos van escoltados por 80 artilleros que igualmente conducen el vestuario para el nú– mero 3, el dinero y algún armamento para los cuerpos del sur. Hoy mismo he dado órdenes para que del batallón número 4 sal– ga una compañía bien montada y equipada a perseguir a los saltea– dores capitaneados por José Prieto. Habiéndose persuadido los díscolos que de la retirada del ejér– cito de los Andes podrían sacar gran partido de los soldados chile– nos que hay en dichos cuerpos por la repugnancia que tienen a pa– sar a Mendoza han puesto cuantos resortes están a sus alcances para mover el país y engrosar las partidas de bandidos, pero se equivocan los miserables al abrigar la idea que con semejantes hombres puedan conseguir u_n formal trastorno. Es cierto que sus tan meditados pla– nes afortunadamente han sido completamente deshechos en el ejér– cito de la Punta y con este el de Chile donde habían minado bas– tante, el principal que jugaba en este negocio en esta capital era el capitán Landros que salió entre Jos prisioneros que van a marchar, para esa. Sin duda alguna el Coronel del Burgos y Comandan.te de lanceros, que parece hacen cabeza en la montonera que ahora apa– rece por el norte estaban de acuerdo con los de San Luis y los de esta capital; como por todas partes han fallado sus proyectos, han echa– do la capa al toro y se han entregado a Ja vida de bandidos; ellos se

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