La expedición libertadora

410 Santiago, 15 de diciembre de 1819. (236) Señor don José de San Martm. Compañero y amigo amado: Los continuados galopes y fatigas en la más dura estación del verano, indudablemente Je han acarreado a usted los terribles ma– les que le afligen y nos mantienen en la más triste consternación. Su salud, por Dios, nos importa rr.ás que nada. El reumatismo que me anuncia en su apreciable de 6 del corriente ha sido muy peligro– so; conviene, pues, no perder instantes en acudir a los remedios: los baños de Cauquenes han curado siempre tales enfermedades, y yo estoy cierto que la suya, si no es curada del todo, al menos re– cibirá su alivio el mal. Vengan inmediatamente; que el estado en que se halla lo permita, y tenga usted Ja bondad de avisármelo an– ticipadamente, para mi consuelo y el de sus amigos. Madre y Rosita, contristadas por su falta de salud, se consuelan en la esperanza de coadyuvar a su venida en cuanto esté a sus al– cances. En este instante me llegan comunicaciones de Lord Cochrane, quien se ha dirigido a Guayaquil con la escuadra en busca de la fra– gata Prueba, habiendo dejado al frente del Callao el bergantín Araucano. El Teniente Coronel Charles desembarcó con alguna tro– pa en Pisco, cuyas fortalezas y pueblos tomó con el objeto de sacar víveres, aguardientes y vinos para el viaje a Ja costa abajo; pero des– graciadamente, Charles fué muerto y Miller peligrosamente herido. Pisco estuvo en posesión de los nuestros dos días, y allí tomó el ber– gantín Araucano al bergantín Cantón. Esto es todo lo que hay de substancia. La adjunta me ha venido de la escuadra para usted. Restabléz– case usted, de modo que pueda venir luego y abrazar a su eterno amigo. Bernardo O'Higgins.

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