La expedición libertadora

428 resultado en el Callao, porque de lo contrario nuestra situación se– rá muy peligrosa. Entretanto convendría, en mi opinión, aumentar la escuadra con las dos fragatas de este Estado existentes en el Río de la Plata, ordenar a l Lord Cochrane se esforzase en incendiar los buques ene– migos si no podía tomarlos, con tres fragatas de guerra y esperar sobre la isla de Mocha en julio siguiente la expedición de dos mil hombres que se espera de España por el cabo. Con estas medidas y preparándose lentamente los artículos que usted pidió el año pasado para la expedición, creo que po– dríamos dar un golpe a Lima. No encuentro razón que me con– venza de nuestra seguridad sin destruir las fuerzas del Perú, no veo camino por donde podamos penetrar a aquel país sino por éste. Cuando usted me encargue acelere la remesa de algunas co– sas que haya pedido, es necesario me remita la relación de lo que fuere. He visto al Director O'Higgins sobre Jo que usted necesitaba, y me ha contestado han salido mil sables, quinien– tas tercerolas, fierro de varias clases, y que otros artículos que falten se buscan con empeño para enviarlos a usted. La montonera compuesta toda ella de desertores del ejército de los Andes, va tomando cuerpo. En la semana anterior mar– chaba el Mayor Sánchez con ciento cincuenta hombres del nú– mero cuarto y trescientos milicianos en auxilio de Talca, que estaba amenazada, y diez leguas antes de llegar al pueblo fué atacado bruscamente sobre su marcha hasta las goteras de la ciudad. Me parece conveniente dirigiera usted una proclama a los soldados de la montonera, acaudillados por don José Prieto, her– mano del preso, representándoles los males que causan a la patria, y que aunque el gobierno de Chile está dispuesto a perseguirlos como perturbadores del orden, usted ha mediado para que sean indultados todos los que se presenten a sus banderas en tanto tér– mino, etc. He propuesto a O'Higgins este pensamiento y le ha pare– cido muy bien. Si usted me manda la proclama, se la entregaré para que haga de ella el uso que exijan las circunstancias. También puede ser eficaz una carta de usted a José Prieto. No se adelanta cosa alguna sobre nuestra escuadra. Los comer– ciantes ingleses chillaron con el decreto del bloqueo porque la ma– yor parte de ellos tienen sus in~ereses en Lima, pero Shirief, coman– dante de Ja Andromaca lo ha reconocido, y Downes de la fragata de

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