La expedición libertadora

452 Decidido ya ese Gobierno a realizar la expedición por el aspec– to de los peligros con que los nuevos esfuerzos de la España amenazan a toda la América, parece que toma con empeño el hacer subir el mínimo de las tropas hasta 6000 hombres. Esta ~<lea ha sido fomentada por mí por varios conductos intermedios, para lo cual me han servido los celos con que desde un principio se ha procurado dar a la expedición restauradora del Perú el (.arácter de expedición chilena; y como el verdadero interés ge– neral ha sido siempre entre nosotros independiente de aspira– ciones parciales, he visto con gozo que algunos miembros de Ja administración de este Estado se empeñan en que si es posible vaya en Ja expedición el mayor número de tropas de Chile. Me replicará usted que es poco menos que imposible disponer de 6000 hombres para diciembre, dejando guarnecido este país. Yo también lo conozco; pero ésto no hace al caso cuando está ya fijada la base general de este proyecto, el que realizado debe tener un buen suceso, destruida que sea toda Ja fuerza enemiga en el Pacífico. Debe a usted servir de gobierno que para la ejecución del plan se ha contado con las tropas estacionadas en Mendoza, porque éstas incorporadas para aquella fecha a la división de los Andes existente aquí, compondrán un ejército, deducidas las bajas naturales, de 4200 hombres poco más o menos prontos para formar. Los estados del mes siguiente en que ya debe estar unida la recluta destinada a esta división, darán a usted una demostración más exacta. Una de las dificultades que se tocan es la de proporcionarse un fondo para la caja militar de este ejército, estimado por usted en 120.000 pesos. Yo le he ofrecido, aunque privadamente, con– tando con el valor de los billetes existentes en la intendencia de los Andes: 23.000 pesos valor de Jos azogues vendidos a este Estado y algunos otros picos que creo no será difícil hallar para disponer de aquella suma. Supongo también con sobrada proba– bilidad que encargado usted de la expedición y resueltos, a la campaña no faltarían en este país algunos extranjeros que faci– litasen al nombre de usted algún numerario, si es que nuestro gobierno, para quien será el mayor beneficio y gloria de esta empresa, no hace algún sacrificio para prestar algún socorro sobre la garantía de los tratados de febrero. La habilitación del tren de hospitales es obra que demanda tiempo y contracción, y pienso promover algún arbitrio para que se ejecute por algunos particulares por nueva contrata, pues

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx