La expedición libertadora

453 aunque nadie pudiera hacerlo más pronto, fácil y barato que el Gobierno, sus obras llevan siempre una marcha más lenta que la que conviene en estos apurados momentos. Dentro de tres días se promete Cochrane zarpar de Valpa– raíso con la escuadra: lleva 438 cohetes y va con toda la fuerza reunida; el golpe parece a todas luces cierto, y para conservar la escuadra no veo absolutamente recurso en este país si no se verifica la expedición. Pese usted esta circunstancia y decida. Es muy natural que amenazado Buenos Aires de la expedi– ción española, encuentre usted alguna oposición en los que mi– ran sólo el peligro del día; pero no habrá uno que echando una ojeada sobre la situación de todo el país, no convenga que una constante defensiva basta para concluirnos, que debemos abrir– nos paso en el territorio enemigo y que sin el auxilio de las pro– vincias del Perú no se divisa medio de conservar por mucho tiempo nuestro ejército y preservarnos de la anarquía. Por últi· mo, repito a usted lo que dije a usted el 12 de enero de este año: 4000 hombres del ejército de los Andes en Buenos Aires, no dan más fuerza positiva que la de este número; pero 4000 hom– bres del ejército de los Andes en el Perú, dan un poder supe– rior, indefinido, porque las fuerzas todas del enemigo que ame– nazan el corazón de nuestras provincias, inclusas las de la capi– tal de Lima, no pueden atender a otro objeto que a contener los progresos de aquel ejército. Lea usted la correspondencia de Ricafort, la del general Brizuela y véase el último movimiento de La Serna por los amagos imaginarios de la escuadra de Chi– le, y encontrará confirmada mi previsión. Venga volando por extraordinario la contestación de usted. Yo no escribo ahora al Gobierno porque todavía mi cabeza no está para contraerme. Usted será el mejor órgano de este nego– cio y su útima deliberación acordada con el supremo Director Rondeau, me servirá de norma. Suyo afectísimo. T. Guido. P.D.-Vengan corriendo las planchas para los cohetes.