La expedición libertadora

465 Por mucha probabilidad que se suponga en los sucesos anun~ ciados de la Península, yo creo que todo quedará reducido a sus– pender la expedición al Río de la Plata por falta de medios y por la necesidad de acudir con preferencia a sostener el orden interior de la nación. Es indudable que existe un partido que trabaja constantemen– te contra Fernando y que acaso éste se haya concentrado especial– mente entre los jefes y oficiales de la expedición, pero yo no puedo olvidar que ya han abortado en España cuatro conspiraciones por la masa inmensa de oposición que era necesario destruir para triunfar: el pueblo estúpido, el clero, la nobleza y la corte ha sido hasta aquí la barrera que ha defendido a Fernando VII y en mí opinión no es tan fácil derribarla como algunos creen. El mejor partido que debemos sacar de de estas novedades es aprovechar los momentos, organizar las fuerzas y abrirnos paso en el Perú si la escuadra triunfa. Basta de la inacción que nos va dejando en esque1eto. Por acá se ha aumentado la fuerza e insistiré en que Borgoño se haga cargo de lo perteneciente a hospitales y parque; pero es inútil en mi opinión en que las tropas se muevan para afuera. sin que salgan primero a un campo de instrucción, por dos meses al me– nos, y más inútil contar con esto si usted personalmente no lo ani– ma, pues a pesar de Jos buenos deseos de este gobierno, usted sabe le faltan brazos auxiliares. Dije a Jos amigos Peña, Solar y Lemos lo que usted me encar– gaba: todos le retornan finas expresiones. No extrañe usted que Jonte no se halle de auditor del eiér– cito de los Andes, porque por separarse de la auditoría v secretaría de marina, reoresentó su grave enfermedad y no pudiendo aun aplicarse al bufete, opinamos con él oue no le sería decente acep– tar aunque fuese nominalmente el empleo de auditor del ejército. Va ésta dirigida a San Luis porque el viaje de usted se demorá' más de lo que creíamos. Dios Je traiga cuanto antes enteramente restablecido. Heras y Martínez rabian por ver a usted acá, como todos los amigos, porque están ya aburridos de ver la cara a los godos. Cuídese y no olvide a su amigo. Tomás Guido.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx