La expedición libertadora

470 Sai:tiago de Chile, 20 de noviembre de 1819. (269) Señor don José de San Martín. Mi amigo querido: Reservada. Ayer escribí a usted por conducto del Coronel Ber– nales anunciándole la salida del extraordinario de hoy, el que he insistido se despache para que no estén ustedes privados tan– to tiempo de nuestra correspondencia. Por cualquier aspecto que miro la resolución que usted ha tomado, la considero corriente y necesaria, si ella no se circuns· cribe a mantener en inacción las tropas de esa división. A dos objetos pueden ser destinadas esas fuerzas: o a bajar a la pro– vincia de Santa Fe para hacer la guerra a Artigas o a pasar a Chile para la expedición al Perú. En el primer caso usted me asegura que sin contar con los incidentes de la guerra, la mar– cha sólo destruiría una tercera parte de ella. Prescindiendo de que esta razón es bastante poderosa por sí, se une la de que nunca puede ser honroso a usted ni ventajoso a la nación el que usted se ocupe en una guerra contra gavillas de ladrones, donde un triunfo sólo produce bienes locales o transitorios y un contraste arruinarse para siempre la opinión de usted, que en ningún sentido debe sernos indiferente. Por el contrario: si esa división concurre a la grande empre– sa de libertar el Perú, se ofrece a usted un campo de glorias personales que ni las vicisitudes de la guerra podrían eclipsar, y preparará los medios para adquirir ese poder inexistente aho· ra, pero tan necesario para restablecer y conservar el orden in– ferior de nuestros pueblos. Con todo: sea cual fuere el plan que las circunstancias indi– quen a usted, debe entrar en el convencimiento de lo que tantas veces he repetido: que sin la presencia de usted en este país, muy tarde o nunca se realizará la expedición, porque ocupado el Go– bierno de multitud de negocios y escasísimo de brazos auxilia· res, no alcanza a dar el movimiento necesario a todos los ramos que abraza el proyecto, especialmente en el día, en que el mal éxito de los cohetes en el Callao ha inspirado algunas dudas de fatal transcendencia a la rapidez que deseamos.