La expedición libertadora

47c; d reconoc1m1ento eterno de millares de generaciones americanas. Yo me lisonjeo de haber sido pregonero de sus virtudes y cuan– tiosas erogaciones, y ojalá que cupiera en mi mano el arbitrar– las, pero sería altamente responsable a la Nación si omitiese de– clarar a V. S. en el actual crítico orden de cosas, la necesaria alternativa, o desarrollar aquellos sacrificios o de capitular con d enemigo. La capital abandonada a sí mismo se halla empeña– da en los grandes y dispendiosos aprestos que exige su locali– dad y la inmediación al peligro: las desavenencias de Santa Fe y Banda Oriental que nuevamente se han vuelto a suscitar con <.!olor, dividiendo su atención y sus recursos ya bastante apura– dos: ellas además imposibilitan el trámite de cualquier auxilio que pudiera proporcionarnos un refuerzo extraordinario del Go– bierno. La provincia de Tucumán y de Córdoba, adonde no se extienden mis facultades, aun no alcanzan al sostén del ejército auxiliar del Perú y su vanguardia, está, pues, desde luego pro– bada la necesidad de que la división de mi mando, nacida por de– cirlo así, en esta provincia, sea también auxiliada por ella al me– nos por el término de dos o tres meses que podrá durar su mando. Considerando, pues, que nadie mejor que V. S . puede discurrir con exactitud con los arbitrios que sean menos grabosos y muy eficaces al objeto indicado; espero me los proponga a la mayor brevedad haciendo, si para ello lo creyese oportuno, una reunión de los vecinos más instruídos y prudentes que puedan ayudar n V .S. en tan interesante negocio. Dios guarde a V. S. muchos afios. Octubre 22. Al supremo Director de las Provincias Unidas.- Yo y los tres Cabildos de esta provincia hemos creído conveniente a la causa pública mandar una diputación al jefe o jefes de las fuerzas que por parte de Santa Fe obran en aquél territorio, con el ob– jeto de terminar las diferencias que con tantos perjuicios a la ~ausa común han existido hasta el presente. No dudo que V. E. aprobará ese paso que espero tenga los mejores resultados y que conciba las principales dificultades que el presente orden de cosas ofrecen al progreso de la empresa común de la Nación. Entre– tanto prevendré todos los aprestos necesarios para la marcha de la división, la cual me ordena V. E. en las notas de 8 y 13 del presente, se moverá ésta hacia esa capital en el momento que es– tén listas. V. E . puede lisonjearse del entusiasmo y buen orden que rei– na en la división y yo augurar los mejores resultados contra la grande expedición que me avisa V. E. vuelve a agitarse en Ct.– diz para encadenar segunda vez al nuevo mundo.

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