La Marina, 1780-1822

128 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS don Gregorio Fernández, don Plácido Zamora y uno que en clase de Ordenanza traía el Caballero Cortines. En cuyo estado, le dijo al Contramaestre hacía dimisión del (fol. 105) cargo, no fuese cosa se sopech ase de él en con trario, mas el Contramaestre le dijo que por n ingún caso lo permitía, qu e antes sí mandase y determinase quanto hallase por conveniente: en esta virtud man– dó virar por de avante y con t oda felicidad logró an clar en este puerto bajo del pabellón de la Patria el día vein te y uno a las diez de la noche. Que también es cierto que el Contramaestre Cárcamo puso un parte de esta empresa a la Comandancia del Puerto y lo mandó con el Escribano don José María Delgado y su hermano don Andrés Cárcamo prevenidos desembarcasen por el Cabo Blanquillo a sotavento del puerto; que a las dos o tres horas observaron luces en el corredor de la Aduana y un tiro de fu sil, con cuyo motivo lleno de gusto soltaron el an cla. Que es cier to que de contado llegué yo a bordo, acompañado del Subdelegado de Marina don Manuel Otoya, don Vicente Castañeda, el Alcalde de este puerto don Manuel Reyes y los conductores del parte; y que en otras lanchas iba gente armada al comando del Subtenien– te don Nazario Frias y Alferez graduado Miguel Mogollón, y que en este tiempo les recibimos de a bordo con vivas aclamaciones a la Patria en unión y libertad, y de contado el Contramaestre puso la llave de la Cámara a presen cia de todos en la propia mano del Comandante don Francisco Frías , quien mandó encender luz para h acerse entrega de los prisioneros, dejando preven ido al Oficial quedase con la gente en las lanchas hasta segunda orden y sin permitir se pasase de uno a otro (fol. 105v) lado, lo que así se verificó, y habiendo de contado en trado a la Cámara con don Manuel Otoya y don Vicente Castañeda y el Contramaestre, man– dó que aquellos señores prisioneros se vistiesen, se liasen sus camas y cada uno de por sí cerrase sus arcas, se vino en tierra con ellos y los alojó en una de las piezas de la Aduana con su guar– dia, previniendo el Subdelegado de Marina para que se les asis– tiere del mejor modo de quenta del E stado, h abiendo dejado, ya se vé, los equipajes a bordo en la Cámara bajo de una llave que el mismo Comandante se trajo, y la gente de custodia, siempre a las órden es del Subtenien te don Nazar io Frias, intimándole se guardase exactamente las órdenes que se le dieron a fin de no consentir el mas leve desorden; que así todo fué cumplido. Que siguieron otras operaciones todas dispen sadas por el Comandante don Francisco Frías es efectivo, h asta que el dia veinte y tres a las siete del día llegó a ésta el señor don Félix Olazábal Coman-

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