La Marina, 1780-1822

10 CAP. DE NAVIO JULIO J. ELIAS El y se mantiene en este lugar. Desde ayer a hoy no solo han quemado y saqueado la isla de Tumaco sino también el pueblo de Bocagrande, en donde me hallaba reforzándome y al presente estoy en este punto de Mira a ver si logro no permitirles el que sigan cometiendo sus excesos en adelante, a pesar de la corta fuerza que tengo. Por último, los seis buques quedan fondeados y sus tropas acampadas en la plaza al mando de su Almirante y su segundo, Mister Delfín. La mayor parte de los soldados son Americanos, hay ingleses, negros de Guinea, portugueses, chilenos y Payteños y algunos Españoles; siguen su ruta según les he en– tendido dividiendo la fuerza, unos para abajo, otros para arriba. El día de ayer por la mañana, que tuve esta noticia algo confusa, pero ya por los anteceden tes de que dí parte a Vuestra Excelencia en el correo, hube de confirmarla en parte, en cuya atención dí las mas vivas providencias a todos los puertos de mar de esta dependencia para la seguridad de ellos como igualmente de sus vecinos, para evitar el miserable estado en que han puesto a los de Tumaco. Como en este caso, llama la primera atención esta Ca– pital y su puerto, demás que dista tres leguas, he remitido en su boca todo el destamento (sic) que reforzándolo con los milicianos del país y con las armas de fuego y municiones necesarias, se hallan· de un lado y otro 25 fusileros al mando de los sargentos Mariano (fol. 2v) Texada y Faustino Guerra, que observan la ma– yor vigilancia en virtud de mis órdenes por lo que tengo enten– dido que podremos contar alguna seguridad por esta parte, como principalmente por lo rápido del río desde su bocana, que no admite lanchas ni botes para el transporte de la gen te hasta esta. El destacamento de corriente grande que consta de un Cabo dos soldados y quatro vigías no he contado con estos individuos por ese punto principal para en caso vigente que me obliguen las circunstancias por las superiores fuerzas que traen los enemigos, tener aquel asilo, que por su situación y con muy poca gente se halla resguardado el tránsito que sale al embarcadero de Canique o para el de Guayaquil por Puirrendi. Toda la gente mujeril de los puertos de mar indefensos de esta con sus bienes y animales he dispuesto se retiren a las montañas quedando en ellos los hombres sin mas que lo encapillado para toda ocurrencia del Real Servicio, como guardando la vigilancia y avanzadas para las partes convenien tes que los subalternos comunican a esta diariamente. Del éxito y destino de las Fragatas fondeadas en Tumaco, espero por momentos algún resultado como que se dirijan por los esteros al Puerto de la Tola en solicitud de ganado vacuno, que en multi-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx