La Marina, 1780-1822

LA MARINA Sr. Don Felix Olazabal, Comandante de esta Provincia. Piura y Mayo 9 de 1821. Como se pide. (Fol. 44) 61 OLAZABAL Don Bernardo Soffia, Ayudante de esta Comandancia, habien– do de nombrar Escribano según lo previenen las Ordenanzas del Exercito de la Patria, para que actúe en la Sumaria Información que voy a formar contra el Teniente Coronel Don Juan de la Cruz Cortines, el Teniente de Fragata Don Manuel Quesada, el Superin– tendente Don José Enríquez de Guzmán, Don Cipriano Mendis, Don Plácido Zamora y Don Gregario Hernández: nombro a Don José Tomás Arellano, Soldado Distinguido de la Compañía de Ca– zadores del Batallón Provincial de esta ciudad, para que exerza el empleo de Escribano; y habiéndolo advertido de la obligación que contrae, acepta, jura y promete guardar sigilo y fidelidad en quan– to actúe; y para que conste lo firmó conmigo en Piura a nueve de Mayo de mil ochocientos veinte y uno. BERNARDO SOFFIA JOSE TOMAS ARELLANO DECLARACION DEL PRIMER TESTIGO En la ciudad de Piura a nueve de Mayo de mil ochocientos veinte y uno: Don Bernardo Soffia pasó con asistencia de mí el Escribano a la posada del Sargento Mayor Don Felix Olazábal, Co– mandante Militar de esta provincia, donde compareció el Tenien– te Coronel de Infantería Don Juan de la Cruz Cortines, primer declarante en esta Sumaria, a quien dicho Señor Juez Fiscal hizo poner la mano derecha tendida sobre el puño de su espada, y preguntado si baxo su palabra de honor promete decir verdad en lo que se le interrogue, dixo: si prometo, y responde. Preguntado su nombre y empleo: dixo se llama Juan de la Cruz Cortines, que es Teniente Coronel de Infantería, y responde. Preguntado si quando se embarcó en el Callao supo que venía alguna cantidad por alto en el Paylebot, dixo: que aunque abrió el regixtro para embarcarla no se efectuó por la precipitación de su salida; pero por lo que expondrá infiere viniese alguna canti– dad de consideración pues al siguiente día de haberse hecho la revolución del Paylebot se hallaba gravemente herido en la cáma– ra, y en esta noche baxó uno de los Cárcamos, a quien no tiene