La Marina, 1780-1822

LA MARINA 75 Preguntado su nombre y empleo, dixo: se llama don Fran– cisco Frías de Adrianzén, quien es Capitán de la sexta Compañía de Blancos de Milicias disciplinadas de Piura y Comandante ac– cidental de dicho puerto. Preguntado por qué motivo habiendo llegado a su noticia haberse repartido crecida cantidad de dinero entre la tripulación del Paylebot Sacramento no lo comunicó de oficio al Jefe del Partido para su indagación, dixo: Que entera– mente ignora la pregunta pues jamás ha llegado a su noticia se– mejante acaecimiento; y máxime quando en el expediente que si– guió el declarante de orden del Jefe Militar de la Provincia sobre el escrutinio de extravío de intereses a bordo de dicho Paylebot resultó no haber habido ninguno, después de haber fondeado en este puerto. Preguntado si inmediatamente que fondeó dicho Paylebot fue a su bordo, con qué sujetos, si hizo registro necesario, y a quién encomendó la custodia, dixo: Que el dia veinte y uno de Marzo a las diez de la noche estando para acostarse llegó a su casa José María Delgado, que hacía de Escribano en el Paylebot correo Sacramento, acompañado de Andrés Cárcamo, con un parte en la mano, el primero remitido por el Contramaestre Victoriano Cárcamo, en que le pedía permiso para entrar al puerto con el expresado Paylebot apresado por ellos a nombre de la Patria, y pidiéndole que se le pusiesen unas señales de luces en el corre– dor de la Aduana para sin embarazo largar la ancla. Que efecti– vamente así lo verificó porque el que declara en el momento armó trece hombres y héchose de quatro lanchas pasó a bordo de con– tado, llevando en su compañía al Juez de Marina don Manuel Otoya, al Alcalde Patriótico de este pueblo don Miguel Pizarro, a don Vicente Castañeda, administrador de Correos, y al Oficial Mayor de esta Aduana don Manuel Reyes, en las demás lanchas la tropa prevenida de armas blancas y de chispa, al mando del Distinguido don Nazario Frías (fol. 55v) que se hallaba en comi– sión y el Alferez graduado de Pardos Libres Miguel Mogollón, para que luego que el declarante se amparase en el buque dejar esta custodia a su bordo para la mejor seguridad de intereses que pudieran haber habido: Que efectivamente llegó a bordo el que declara con los señores expresados en tiempo que el buque aca– baba de largar su ancla, y habiendo sido recibidos con víctores por los oficiales y marineros de dicho buque saltó el que declara a bordo y mandó de contado que toda la gente que iba de custo– dia ninguno saltara a bordo, ni menos los de la tripulación a las lanchas, en el concepto de que de ulterior procedimiento les hacía

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